Año IV. mm c20 de Febrero do 1883. Núm. 870. 63 ILTRSCa^lC^IO^ BIS. — — I — l'TS pta. En GraaadR, un mee . . En el resto de la península y posesiones españolas del N. de Africa, un trimestre. (Pago anticipado) 6 > En las pobesiones españolas de América y O. de Africa, un semestre. (Pago anticipado) . . . . ; 17'50 » En el extranjero, un semestre. (Pago anticipado) . ... 20 » DIRECTOR Y ADMINISTRADOR, LUIS SECO DE LUCENA. Oflelnftfl « Impremía, Aballa, ft. ANUNCIOS.— Tarifa: (5 centa peseta línea en la 4.a plana.— 25 cénts. en la 3.a— 1 peseta en la 1." (Pago anticipado). ESQUELAS MCRTUORIAS.— Tarifa: 2 pesetas cada inserción á una columna en la 4.a plana.— 7 50, en la 8.a— 30, en la 1." (Pago atticipado). COMUNICADOS.— Tarifa: De 25 céntimos de peseta a 50 pesetas la linca a juicio del Director. (Pago anticipado.) _„___ EL CODIGO COMlíRCIO. En medio do las agitaciones parlamentarias que produce la política, conmoviendo hondamente á los padres de li pálria y robándoles toda su atención, se deslizan lánguidamente en el Congreso los debales sobre ñ Código de Comercio, on medio de la más glacial indiferencia y con el concurso de media docena de diputados. Algún representante del país, deseoso de unir su nombre á tal ó cual enmienda de un artículo del Código, dirige enormes discursos á los inmóviles maceros, á los taquígrafos, á un vicepresidente qae dormita y dos ó tres individuos de la comisión que bestezan. Así se elabora en el templo de las leyes un Código, que afecta todo un órden de relaciones tan importantísimas en la vida moderna, como las comerciales. El síntoma no habla muy alto que digamos, en favor de lo» representantes del país y tiene su explicación en el falseamiento del sistema representativo, tanto como en el carácter de la reforma. Esas mayorías parlamentarias, forjadas por la candidatura oficial, represent-.n al gobierno, pero de ninguna manera al país; haciéndoles un favor, aun debemos concederles la representación de tal ó cual interés de campanario, la carretera, el ferrocarril, etc., pero intereses generales de la nación, comunes á la mayoría de los españoles, ninguno representan. Así que, no tratándose de la vida del gobierno, ni de un interés de campanario, nuestros hombres se van á tomar el sol á la Castellana ó se entretienen chismeando en el salón de conferencias. De otro lado, la reforma del Código resulta insuficiente y torpe— -después de cinco años de elaboración— y no toca á la necesidad más viva del comercio, por lo cual no escita como debiera el interés público. El comercio, mas quo düJas leyes, se queja y con razón de la manera de aplicarlas; no le lastiman tanto las dofniencias de la ley sustantiva, como las lentitudes, gastos, errores y embarazos que le ocasiona la jurisdicción ordinaria, encargada de aplicarla. El comercio necesita una justicia rápida, espedita, barata ó mteligente, condiciones que no halla ni en el procedimiento, ni en la jurisdicción de los tribunales ordinarios. Tienen las relaciones mercantiles un carácter especialísimo y muy distinto del que domina en el resto de las relaciones civiles, siendo imposible sujetar á unas y á otras á una misma regla de proceder y una mismu jurisdicción; la experiencia lo ha demostrado cumplidamente desde el año 1868, y hoy es el descomas general del comercio, en materia de reformas legislativas, el eitablecimiento de tribunales especiales en forma de jurado de comerciantes. Todo lo que no sea eso, el comercio lo recibe con indiferencia. Unase ésta á la de los padres de la pátria, y se comprenderá lo que pasa tocante á la discusión del Cóiigo de Comercio. ECOS DE LA CAPITAL. Reforma de Granada. II. Reconocidas las ventajas de las reformas de Granada planteadas en en el anteproyecto de rectificación y ensanch?, de nuestro amigo D. Lorenzo Farga?, entremos de lleno á tratar de las mismas estudiándolas en todos sus detalles, alguno de los cuales reviste ciertamente verdadera importancia. Tres puntos principales conviene tener en cuenta en la reforma de nuestra capital: 1. ° Buscar fáciles y directas comunicaciones entre los diversos barrios ó cuarteles de la misma. 2. ° La estética, cuestión importantísima, pues en ella buscamos el mayor realce y esbeltez do los monumentos que encierra en su recinto, el mayor lucimiento de los edificios públicos, y la mayor amplitud de las calles y plazas que afluyen á los sitios mas céntricos y concurridos. 3. ° El saneamiento de la capital, y la desaparición de los focos de infección. Este punto, constituye una cuestión higiénica de ti ascendencia suma. No bastan para la nutrición los alimentos, sino que es al mismo tiempo necesario, que los pulmones encuentren en la atmósfera que se respira un aire puro y oxigenado. Cuanto mas espaciosa y desahogada sea la habitación que un hombre ocupe, cuanto mas anchas y espaciosas sean las vías públicas, mas aceptables serán á la renovación del aire y por ende serán mas sanas. En Granada, triste es decirlo, existen estrechas y tortuosas callejuelas, formadas por miserables y asquerosas viviendas, y ocupadas por numerosas familias proletarias, por cuyo motivo sufren mucho la moral y la salud pública. El proyecto del Sr. Fargas, tal como está concebido, tiende al saneamiento de ciertas zonas de esta población, hoy centros de insalubridad, focos perennes de infección y de muerte. Respecto á este punto, se nos ocurre una una observación. — Granada es la ciudad de bis tradiciones gloriosas y de las artes bellas. Sus calles angostas, tortuosas y oscuras conservan todav(ia el carácter peculiar de la época arábiga, efVello de la dominación sarrace•na. En ellas encontramos con frecuencia sitios que nos recuerdan poéticas leyendas, fantásticas baladas, gloriosas historias y honrosas tradiciones. El autor del proyecto que nos ocupa, artista de corazón, ha procurado en su trabajo conservar aquellos venerandos restos, que de una manera tan elocuente nos hablan de lo pasado, rindiendo de este modo culto á la historia hermanada con las bellas creaciones del arte, pues los granadinos, mirandoaquellos restos carcomidos con verdadero amor de artista, no pueden permitir jamás que la punta sacrilega de un azadón descargue sobre olios el menor golpe. El Sr. Fargas no solo los respeta en su proyecto, sino quelambien recomienda encarfcidamente su restauración, lamentándose de q ie con frecuencia desaparezcan estos restos al influjo de la superticion y de la ignorancia, considerando como un crimen, permitir qne la llamada piqueta del progreso haga desaparecer aquellos gratos recuerdos de épocas de gloria. Difícil se nos hace en una ciudad antigua como la nuestra, que conserva en la mayor parte de sus calles angostas y tortuosas el sello de la dominación musulmana, la aplicación radical de los tres puntos expuestos, pues habría de precederse desde luego al casi total derribo del casco antiguo de la ciudad y abrir sobre sus escombros un nuevo trazado de resultados contraproducentes y de imposible realización. Teniendo en cuenta esta circustancia, nuestro amigo D. Lorenzo Fargas á circunscrito su proyecto de reforma á lo justo, útil y necesario, dentro de los tres puntos mencionados, dejando trazado el camino para la sucesiva reforma de muchas calles, que con la renovación ó nueva edificación de sus casas lograrán paulatinamente su rectificación. Echando una ojeada general sobre el plano de reforma que nos ocupa, nos encontramos con las siguientes nuevas vías: Calle del Arco de Elvira, que comunica directamente con el Triunfo y con la Plaza Nueva.— Gran vía de Santa Escolástica, quo vá de la Piaza Nueva á la de Santo Domingo. —Gran vía de Isabel la Católica, del Teatro de dicho nombre al centro del Pasco del Salón.— Calle de los Molinos, de la cuesta de Santa Escolástica á la cuesta de los Molinos. — Dichas cuatro importantes vías, reúnen d doble objeto de la fácil comunicación entre dos puntos opuestos y estremos de la ciudad entre sí y con la Plaza Nueva, punto céntrico muy importante. La Carrera del D irro, cubierto el rio del mismo nombre como en la calle de Méndez Nuñez hasta la iglesia de San Pedro y San Pablo y la soberbia avenida de la Catedral, marcadas en dicho plano ante proyecto, obedecen á la idea de la fácil comunicación de aquellas zonas y al de la ^estética, como así mismo las avenidas del Triunfo y calle Real de la Cartuja, que parten desde el Arco de Elvira, ladeando en línea recta y divergente la plaza del Triunfo, hasta perderse en la vega. La Cirrera de San Juan do Dios, que sigue la calle carretera del mismo nombre, ensanchada y rectificada por completo, y así mismo la calle avenida de la Ventanilla, desde la Estación del ferrocarril á la gran calle del Arco de Elvira y la de Recogidas, desde la Puerta Real á la vega, tienden al objeto de la fácil comunicación de la parte baja de la población con el centro; así como, la calle del Moral que se estien.le desde el vértice de los Paseos de la Carrera de las Angustias y Salón, á h calle de las Moras y á lo alto do la Aüiambra, comunica íácil y libremente la parle alta con el centro. De suerte, quo este tejido clarísimo de grandes arterias, anchurosas vías, calk-s, avenidas ó carreras, (como quiera llamárselas) cumplen desie luego el objeto primordial que el Sr. Fargas se propone, en los tres puntos antes mencionados: de fácil comunicación, estética y saneamiento, bases en que descansa su ante proyecto. Desde luego, observamos con el trazado de las nuevas vias ó grandes calles, una división de la ciudad que conviene mucho tener en cuenta; tal es la que forman por de pronto las calles dsl Arco de Elvira, de Santa Escolástica y de Isabel la Católica, que dividen la ciudad en dos mitades; la una superior que podemos llamar, muerta, desierta, ó montuosa y la inferior activa ó llana, dondese asienta la mayor parte del comercio. A su vez estas dos grandes mitades pueden subdividirse cada una de ellas en otras dos; la parte alta ó montuosa dividida por la Carrera del Darro, forma los grandes cuarteles ó barrios de la Alhambra y El Albaicin, y la parle baja ó del llano forma también dos grandes cuarteles ó distritos, por medio de la Catedral y de la soberbia avenida que en el plano se consigna, cuarteles que llamaremos del Triunfo el une y el otro de la Puerta Real. Esta división facilitará mejor !a esplicacion del plano de reforma, respecte á las diversas zonas que forman los cuatro cuarteles, y de los edificios públicos en ellas emplazados. En otro artículo continuaremos.— J. V. V. EL DEFENSOR EN MADRID Lilcraturn y bihU agrafía. Algunas, aunquo pocas novedades, puedo ofrecer jilos lectores de su apreciable periódico, después de dos semanas de verdadera inercia en lo que al movimiento literario se refiere, y aunquo las producciones de que paso á ocuparme, no son fruto de la ima ginacion de nuestros poetas, que coatinúan reposando perezosamente sobre sus conquistados laureles, en daño de las letras, son dignas de mención, no solo por el laudable esfuerzo do sus autores en pró de nuestra literatura, sino porque algunas de ellas revelan fundadas aspiraciones do conquistar un puesto entre los que figuran como notabilidades en el género. A esta clase pertenece en primer lugar la preciosa novela de Ramón do Navarrete, que lleva por título M crimen de Villamiosa. Inspirándose au autor en el estilo que fructuosaracato cultiavran Vilera, Pérez Galdóa y Alarcoa, ha demostrado las más felices disposiciones para cultivar el género naturalista, no cen la crudeza casi grosera, para el gusto de nuestro país sino con la fuerza descriptiva no exenta de elegancia que ha hecho de Alfonso Daudet el verdadero jefe do dicha escuela Ramón de Navarrete, ja ventajosamente conocido en la república de las letras, ha conquistado con tu última producción un puesto envidiable que logrará seguramente consolidar, sino cae en el defecto capital de nuestras notabilidades, la pereza. También José Navarrete, aventajado escritor, ha publicado una bellísima novela «María de los Angeles,» en la que campea el sentimiento de la musa meridional que á aquel inspira. Merece leerse. La autora del inmortal drama Rienzi el tribuno, señora doña Rosario Acuña do la Iglesia, ha coleccionado una série de artículos coa el título de La siesta, cuadros llenos de corrección, en los que no se «sbe qué admirar más, si la galanura del estilo ó la profundidad de IOJ pensamientos que encierran. El nombre de la inspirada poetisa noa revela de majores encomios. Echegaray, en quien parecen haberse asociado en íntimo consorcio el génio de la ciencia y el de la poesía, ha dado á luz un libro titulado «Teorías modernas de la íMca » Dada la competencia del ilustrado ingeniero excusado, es decir, que esta obra ha de satisfacer cumplidamente á los amantes de las ciencias. Algunos otros libros han aparecido, entre ellos, lo que dijo Juan de llenera, ciento por J. Martin Bildo, El niño, por el Doctor Tolosa Latour, Cromos parisienses, por Federico de la Vega j varios más de indisputable mérito, pero que no reseñamos boj por falta de espacio. Una triste noticia para los amantes de las letras. El popular novelista D. Ramón Ortega j Frías, se encuentra enfermo de suma gravedad. Deseamos sinceramente su restablecimiento.— T. y unmm m kmmm. Oportunamente, dimos noticia á los le3tores del proyecto del gran certámin quo so verificará en Amsterdan este año. til palacio que so destina al objeto se está terminando rápidamente. Halla ie situado al Sur de la ciu.lad, junto á unos barrios nuevos que van ensanchando la población de Amstardan, constantemente. Elévase en una parte de dielns terrenos un vasto Museo, que ha sido reclamado durante mucho tiempo por todos IOÍ amantes de las bellas artos. Holanda, hasta ahora no se había preocupado ea honrar á sus grandes artistas. El Tnppenhuis, donde se halla el Museo rea!, es un antiguo edificio particular, la casa de Tripp, tan impropia de las condiciones de un Museo. Todo esto cambiará ahora. La construccioa dol nuevo Museo quedará terminada en la primavera próxima, y después de la Exposición, todos IOJ cuadros pertenecientes al municipio serán llevados á aquel edificio. El curioso que asista al certamen do Amsterdan, después de atravesar el palacio de Bellas Artes, so hallará en frente da las construcciones do la Exposición, que se compondrán de una vasta construcción central ea forma de cuadrilátero, de un edificio especialmente destinado á las colonias holandesas, de un hall para las máquinas y de otro departamento para las ooras de arts contemporáneo. La construcción principal abarcará una superficie deóD.CiOO metr03 cuadradoá; y si &d recuerda que la Exposición celebrada en el Campo da Marte de París cubría 240.700 metroj cuadrados, se verá que relativamente, la Exposición de Amsterdan, teniendo en cuenta su limitado objeto, no dejará Je alcanzar una importancia considerable. 1 A