Año I, Nvwnoro 20! T-r — ^ . ■ I-a Granada, por un mes 7 Iva el resto de la Peníusnln, por tres meses. . . 24 I a el Extranjero y las Antillas, por un semestre. 70 Lunes 25 de Abril de 1881 . - r x KBgBBMBBeiBSW! — 3^-r3L-^"rcr-i^_i.lL,.nu!i"1,'"T~ ■^«-■■■infi"'»-'- a88B8B^ B8B — - I B -— DIARIO POLÍTICO INDEPENDIENTE. » ! , T ' ^ ¡ le insertará gratuitamente, duronre tres dias cada mea, ua OFICINAS E IMPKHNTA: AGUILA. ^ ^ -nuncio quejio exceda de cincojíneas. DIRECTOR Y ADMINISTRADOR, LUIS SECO. DE LJUCEN A . Los de arrendamientos, se publican gratuitamente — Lainsercio ; de los demás se abona con arreglo á tarifa. — A los suscritores se Se lidiaban ocho toros de la ganadería de Bcnjumea, que tiene por divisa los colores amarillo y blanco. A las dos y media en punió llegué á la plaza, donde apesar de lo subido de los precios, natía una muchedumbre de espectadores. Presidia la plaza el Gobernador civil, y hecha la señal, aparecieron las cuadrillas de Snlrador Sánchez, Manuel Hermosilla, Fernando Gómez y Juan Ruiz, con sus diestros á !a cabeza. ' Abierto el toril, salió el primer Benjumea, que se llamaba Puerlt-Rico y era nevado, botinero, bien armado y de libras. Antonio Calderón le puso tres varas, siguiéndole Francisco, y estando á los quites Hermosilla. En di sagundo tercio de la lidia Pablo c#lgú un par de rehiletes de primer órden cuar1c -ndo, y Valentín otro muy desigual y trasc-'o. El presidente mandó poner banderines antes de tiempo, á juicio de los aficionados. Tomó los trastos Frascuelo, que vestía corinto y oro, brindó como es costumbre, y, yéndose al bicho, le dió dos pases naturales, ui. o cambiado bueno, uno natural, cuatro coa la derecha y un pinchazo en buen sitio. Siguió un volapié regular, pasando sin herir, (lió dos pases por la derecha, un pinchazo bic* señalado á su tiempo, un pase por la dere , -ha, un pinchazo sin soltar, bien señalado, y -los pases por la derecha. El diestro mudó el color de la percalina, y después de un pase na'ural, dióle al bicho una média, dejando el hierro. Puerto Mico se sintió indispuesto y íué á morir junto á la puerta del arrastradero. Palmas y cigarros. • 1 11 II . JRj U ' J ILÉ Negro, capirote/botinero, un peco gacho, cía el segundo, y le llamaban Oüane. Fran ; n el papel de barba, salió nuevamente al «' el mdel y el Pescadero colgóle otro par cuarteando. Hermosilla, vestido de verde y oro, dando al Desertor úx\co pases naturales, seis con la derecha, uno de pecho, uno de telón, un pinchazo sin soltar pero bien señalado, le tu.nbó do una eslocada baja y honda al encuentro, rematándole el Mellizo. Al dar esta última estocada, cayó el diestro, mas afortunadamente el toro no hizo por él lo que produjo grande alegría en los espectadores y que varios pidieran música, que en realidad no se había merecido el matador. ^Narunjito pusiéronle en la pila al cuarto, y ora colorado, bragao, un poco bizco del izquierdo, y con mucha cabeza y poder. Tomó una vara de Gallardo, tumbándole; 'otra de Paco, apagándole la candileja, y otra de Antonio Calderón, dejándole sin su jaca que antes de morir quiso hacer títeres, á despecho de los monos sabios. Francisco Calderón, mojó unayez más, siendo llevada su cabalgadura á los tercios del redbndel, por el toro que hubo de ©ngachar la cuerna en las bridas. La bravura de los chicos salvó á Paco di un triste percance. No se terminó la suerte aún: Naranjito recibió cuatro varas más: una de el Mellao, dos de Antonio Calderón y otra de Gallardo, que se quedó á pié el pobrecito. La Presidencia mandó tocar á banderillas, protestándo el público, aunque injustamente. Le colgaron á Naranjito tres pares de caireles: dos se los puso cuarteando el Cartonero, y otro, que fué muy orejero, s\\ cámara. Lagartija, vestido de lila y oro, después de tres pases de pecho, tres con la derecha, tres naturales, uno de telón y otro redondo, dió á la fiera un soberbio volapié, viéndose obligado i tomar el olivo. Volvió á la carga con un pase natural, pero el cornúpeto dióse por satisfecho, y echándose en tierra, concluyó con él su puntillero. f 1 1 • , — $ : El quinto salió sin divisa. Llamábanle Calesero y era negro', zaino, y bien armado, aunque un poco bizco del izquierdo. Tomó once puyas: cuatro del Chuchi, tres de Enrique el Albañil y cuatro de Bastón. En la suerte de banderillas. Regatero le puso un par de órdago al cuarteo, y Valentín olro, á la salida del capote, después de intentarlo al sesgo cuatro veces. El último par se lo colgó también Victoriano. Al primer pase con la derecho que le dió Frascuelo se escamó el bicho y saltando las tablas, y encariñándose con los burladeros de la puerta del corral, no habia mono que se atreviese á hacerlo salir del callejón. Vuelto al redondel, recibió dos pinchazos sin soltar y una hasta, la taza que resultó caída. Salvador siguió la faena y, como el toro no se prestaba, le dió un metisaea tan bajo quo de golletazo lo calificaron algunos barbianes. Silbidos y aplausos. El sexto toro mandó un recado al presidente diciéndole que no podia salir de casa, por mor do la humedad; pe.o al ver la insistencia del público, asomó el hocico. Berrendo en negro, capirote, botinero, eran sus señas particulares, y su nombre Jabonero. Chicorro saltó la garr.ocha, siendo extraordinariamente aplaudido y con justicia. La fiera recibió doce varas, extendiendo la fé de difunto á tres cañaveres movibles, luciéndose en las suertes el Albafíil y Bastón. Tocaron á banderillear. Los chicos estuvieron de lo peor; colgáronle á la fiera tres pares.' Preparó Chicorro al bicho cpn dos pases naturales, uno con la derecha, uno en redondo y otro do pecho, y dióle después un pinchazo y una media estocada caída. Continuó el trasteo, y, pasando tres veces al natural, cinco con la derecha y uno en redondo, dió un pinchazo en buen §ítio. Seis pases con la derecha, siete naturales, un volapié y un golpe de puntilla costó aún que Minero fuese á la sepultura. -HIIL) ¿b OIOOKHJl ■I'M'KU I ■Uü.'-.- tfll I íl «1 I '''' Abierto el vestuario, aparece Z^mw;*, y es negro zaino, bragao, un poco veleto y de mucha cabeza. El Albañil le hizo un obsequio y Hermosilla, que estaba al quite, cinco verónicas muy salas. Bastón sufrió un tumbo. Chuchi mojó cuatro veces, aunque hacía todo lo posible por espantar á la fiera estremeciendo su lanza. Enrique colocó tres puyas y el Montañés otra. En e! segundo tercio.de la lidia. Bulo colocó un par bueno cuarteando, y después de dos salidas fals&s, otro á la media vuelta. El nicho saltó por el tendido núm. 4, saliendo por el 6. Sonó el clarín de la muerte, comenzando Hermosilla la irigedÁa con un pase de pecho, dos por la derecha, uno natural, otro también natural colándose mucho, y un pinchazo en hueso subiéndose al olivo. Tres pases con la derecha, uno redondo, uno de pecho y una estocada dolorosa á paso de banderilla, ejecutó en el segundo acto. En el tercero, siete pases al natural, tres con la derecha y un pinchazo al encuentro. El Mellizo remató al Labrador i la segunda. Con paso de fraile cartujo salió Cartujano del dormitorio. Era retinto, meleno, cornicorto, casi gacho, casi bizco del derecho y más jóven que sus camaradas de yerbas. En el primer tercio de la lid corría como alma que lleva el diablo; pero después se hizo filósofo, meditabundo y^ demostró las más perras intenciones. Bastón le hizo tres caricías, perdiendo un alamlre que murió degollado. Chuchi mojó una y Montañés dos veces. Trabajo le costó al Cartonero ponerle el par que le puso á la media vuelta, después de una salida falsa; no obstante, rapitió la suerte colgando medio par en el morrillo de Cartujo. Tomando Lagartija su muleta y su estoque, y previos un pase de telón, tres naturales y seis con la derecha, propinó al Cartvjo tres pinchazos bien señalados. Dióle dos pases naturales más, tres con la derecha y otro pinchazo, y después de una salida sin herir á paso de banderilla, »n intento de estocada, un pinchazo á la carrera, atizó un sablazo repentino, pues víno^ele el toro encima cuando menos lo esperaba. Cayó Cartujo, levantándose al sentir al dé la puntilla, que á no ser por el arrojo con que estuvo al quite Begatero, quizá hubiera acompañado al bicho en su viaje. A todo «sto, el público estaba en el redondel y la autoridad y sus agentes veían impasibles el escándalo y la exposición de quinientas ó seiscientas criaturas. Lagartija, con un pinchazo á la media vuelta, tumbó al animal y rematólo el puntillero. Aprc«¡aeiou y resúmen. La presidencia desigual al dirigir la plaza. Bien en el cuarto toro, disponiendo la conclusión de la suerte de varas, de lo que protestó el público tan desaforada como injustamente: hubo no obstante aficionados que aplaudieron. Como autoridad, nunca hemos visto conducta tan eeneurable como {a del Presidente y sus subordinados al permitir que la concurrencia se echase al redondel en el último tercio de la lidia del octavo toro. Aquello era un escándalo. ¿Qué se hubiese dicho si el animal, en uno de sus insidiosos arranques hubiera ocasionado dos ó ó veinte desgracias? ¿Qué hacia en el callejón aquel enjambre de agentes de órden público y de guardias del Municipio? ¿Qué hácia el gobernador mirando impasible la escena? Otrosí: Los dependientes de la autoridad, apoyándose en la barrera, estorbaban los saltos de los diestros; dos veces se vió Pablo Herraíz, por dicha causa, á pique de sercojido, y apesar de que indicó, á los agentes que se apartasen de la barrera, no le hicieron el menor caso. ¿Es preciso que esos caballeros estén de bruces sobre las tablas? ¿No se pueden tener de pié por sí solos? Los espadas desgraciadísimos al herir, y, pasando/también mal. Los picadores cumplieron. Los banderilleros, en general, bien; distinguiéndose Méndez, Pablo y Valentín. El ganado bueno: sobresalió el cuarto toro que era lin bicho de punta. El servicio de arrastre, mediano. Los puntilleros de «abatios detestables: fué vergonzoso' lo que sucedió en la lidia del sexto bicho: heeharon un jamelgo moribundo á los tercios de la plaza, á íin de que lo rematase la fiera, lo que sucedió, produciéndose un espectáculo cruel y pugnante. ¿Fué por gracia? ¿Para cuándo son las multas, señor Presidente? ¿De qué sirve el Reglamento? Murieron 21 caballos, quedando seis heridos. Varas puestas, 81; pares de banderillas, 20; medios pares, 2; pases de muleta, -108; estocadas 9; medias estocadas 3; pinchazos, lo; intentos de descabello, 2. La entrada, de 7000 á 8000 personas. El tiempo frío. Mucho aire. 4, «.A»MW>.^ «... ^^.«- CORRESPONDENCIA PARTICULAR DE EL DEFENSOR DE GRANADA. MADRID. 23 de Abril de 1881. «Sr. Director de EL DEFENSOR DE GRANADA. Los espontáneos ofrecimientos de la prensa conservadora á fin de que puedan sostener una discusión política al mismo tiempo que se vayan examinando los presupuestos, serán tenidos en cuenta por el Gobierno para tomar sus preeauciones á su debido tiempo. En cumplimiento de lo que ordena la Constitución se aprobará, en dos sesiones, la ley fijando las fuerzas de mar y tierra y se dará lectura á los nuevos presupuestos. Después no kabrá debate alguno político, porque se sabe que el Sr. Cánovas proyecta un voto de censura redactado en términos antitéticos al de confianza que le dió el Senado al ministerio anterior, quince dias antes de plantearse la crisis. El proyecto no deja de ser temerario, porque considerar al partido liberal dinástico incompatible con la estabilidad de las instituciones vigentes, es" calificar á la monarquía cual una rémora, un insuperable inconveniente para el ejercicio de las libertades. Graves consecuencias ó deducciones pueden hacerse de la afirmación que todos los días hace la prensa conservadora, que no es otra cosa por el verdadero sentido que en altas regiones se dió al voto de confianza que dió el Senado al ministerio. Parece que los conservadores han olvidado la loceion y la - :1