22 SE HA PUESTO ñ UR VEfiTR UR r í ¿i t .- r- Indispensable superioridad en ' Poi CASA FUNDADA EN 1854 CAfÉS MOLIDOS Y EN GEANC^ flssieafatríce Italtsna Compañía de Seguros contra Accidentes. SBflÜBO INDIVIDUAL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVÍL. SEGURO COLECTIVO DE OBREROS Snpursal Española: Paseo de Colón, 17 -Bareelons Sub directo? CE Q?ansda y en provincia, . F&seo ¿o ia Seabft.— HoUI afua. 1. Yapores correos franceses BILBAO SEVILLA lésde CuiaS; 18 BoMaMversiáai,22 Calle Elcano Zaragoza, 14 VALENCIA íanria, GIJON ■5 '- 29 y 31 Carmen, 4 i cv;./;' .. i. V 08 El nnero y rápido trasatláníieo de 10.400 tonelád&s A DOS HÉLICES DS LA i Saldrá dal puerto dd Almería ei dift f ?de4.brilde 1912. s. Mío de Janeiro, Santos y Montevideo ídaála eapa&ú'd —jj es de una mar ^ita re píGial^a.' siesdo la dnraeióc probable del viaje de 13 díaar y reúne todas las oondicioagr ' jbridsí é higiene; Los señores viajeros deberán pedir las plazas y .mandar aun dooono^i p^o? wsetfiate actieipacién. Eí jde^^ii^. de billotes quedará cerrado el di* anterior al de la salida del buqué. ilSÉtóií f^?*^ s.u consignatario M. BEÍCJON.— Boulavard del Príoeipe 59.— i — DE LA — - Soeíeté Genérale de TraL^oft^sp. =fflariti!n^'á yape» \mox «xtraordinario, rapidísimo y directo el 22 de Abr^i, por ti imert8 y algodón.^ Damye^ Bróciteles, Keaalin'a8,"Crésl)óáe^rLanas y Armup'^iun^^ Itoatilbffi de blonda. Velos Almagso y Cbantifly.- Importante rebaja de precios en todos los articnlos, como fin dé teín^orad^— Exténio Kirtíttó dé Corsán gran novedad, y de sayas prímoroBas, á pretios inverosimáles. Especialidad en género blanco, Stóanás de silo y algodón.— Holáñoas deade lO á 20 pesetas, pieza de 20 metros. KeieaeiCaS -EOÜON— Ahora, Po«ta ZorríiÚAriá Un|dvén -Almeria :> oo.oo ¿ÍÍSES METÍLICAS GRANADA Hijfis di Pidra Vaíls.-Máísp . ; Eseriliri!; iluula f nleipil. IÍB. 18, 1 —importadores de Maderas del Ko? . te dé Europa,'' de Amér^^a y dslpaift Fábrieade aserrar madera, ealfe Doctor Dávüa, (antea Cuarteles^ con 'buena letra, desea colocarse eñ esentono ó destino análogo. r-Darán razóni Sierpe Alt , 4. -•_-«iníD¿zcoa): 4«! turbi maquinaria y calderería ea Talleras 'la vsuonas ea Eassis?. (.. ' ^ .sia^il, G-Í.-ÓE y binares, taza (BUbaOy ¡, S2 ccn-síraccisuss Í Ü grea&ráú - --^«atl. pjjjji 5 Madrid Doss cilio social! r^b^-OIicma " ;- M¿ ^ B " i La tal:rc-.' O JSf'Ji'ASOIA DS 2«Í"Í 2S'i pertenece á esta Socied-'.d.y acaba uw - . "TPV*^ mjnBB, J ta-ia'de l s miwo * péríeee^iiaiuien^i y adeiáñ os madera s; eoüstrayc to?» clase demaquminat-... -w? «- ;d'>r»- hi-r.-.s. »e*r.,fi ■■ demás efectos tamnién para «al--»as... Precios sin compet-- ajljar^jfr»;r>--se a 15. Dissro Caro asi Cast lio, Aunini^radvir/LA OOSfí -?AKC'IA. (Arrayanes, 19 y iii, Tolíf-- «i> i.ri.-sxAHt-^- " - . ■ • maienas pra Sulfato de amoníaco; «Nitrato de sosa. = Superfosfatos de todas graduaciones. «Supery sales de potasa. fosfato de hueso SUCUBS ALES: I r- En Málaga: Calle de Cuarteles, núm. 23.^ M^trü: D. Francisco García Cazorla. SI mejor gapeí tfe nuuv «• «I gtgtaxo »a totfoi loe eat^s^ Módistas de sombreros y vestidos procedentes d© Madrid ofrecen sus servicios.— ge ' De ocasión ^í^S das, eápejoi, éStrádo fañado da da* BUaco.de itZ'*, me»a de comedor, eill'.s,.manuna de encaje de soda, UU niño 4» Fsiióa, de ta)lá, aniiiida gríudas y varios objetos, -^J}»*^'^ de vihita • •xtr.íírimiecto-ae Ven; !5IÍ:'-TM. »co vertieiLÁ Vapi^paraORAN ar.'-.-. «ala tfi ^ería país Orá¿ !og ¿ÍSÍ % 11 y 21 ia eáda Ees,- y de «rát tan. AIB&Í loa fias^íi? y 37 dt oáda mm .-„ Seádsjeha.por us Connigcats nos en Atería, Hijo dé fiieardo ' ' méaea, aáedad ea céauaditi^ U levarddtPrlnclpe,75..: si; . i &0 alquila una cochera.— Darán razón, N« vas 15. trabajos, aon gusto Zacatín, 11, Lf hacen tcooomla. — Se compran Sífi»^: tas una, siendo de cnenta del cobj^ p^dor la conducción.— Plaza Hu» milladero,4.-El homo da cremación está situado en término do Churria* 8P,~Lleuos de ArmiUa. y Negra ^.l S&l^afior Saoís. --Pié M :* tre, núm- 5.— Calztdó ¿uepo y r^é to,clea6é iniñejeráblés, i/eSió'a'sü eoepateBoiá. bleeido en los bajos del Hotel Victoria, que quedar ásT may complacíaos del esmerado servicio de .esta «asa, - Puerta ReaU ,1 1^ aorctada ooraaUí*' - .^ . - í da i5 ¿SÍ -* traslada. '■ nAnd« -omero 37. r.?.,^,--^-;. ■ f ,BContrtr4 d ptbm'tt ^r^enaotrariado Bnrtidoaa :e«afc fájas.ttál £u»ve:aétableelÍBlaÉta i deEomisEle LA CíGLESA, siepeí" r JaÍBio degoir admitiendo ancfiigor. . { 4 aadMi f gaate del elliáta/ ' - ^ r . j Taller 6 catpintarla » . Unez A^iua.f Esmerad»- fjC'M* construcSn cn-todos-Tes-tiao^0» — PreeioTedu(^£-i6ettor»lJ«ar» t váez (an» Puflntezuela8>7.:¿ Pan 6 Viente?^ ,M de «oso céatímoa haBta vett^ TeiaBO,igU8ia d»! cpnsnimdor, aparta ébe pan, i» tiaBOaa lava i éeaioília. Esta casa es «er» qweiBpízóJialabarM ^ W a» Ganada, yes elmt jor W # aiabou'haau eldía.-Pa» «í^, CóB. calbde-MolinoB, núm: w." ; f?OT-TT al marido. , ¿Y tú nunca me dijiste nada? — externó poniéndole los pufios ee-'.Rdos eerc* de las narices. — jAh! Marmota ¿j- sabías que hu b .-ise vendido mi alma para descu- b-ir algo? — V&moa, vamos -dijo ¿ilomeDi haciendo sentar nuevamente á U portera-voestio marido no ha c eido quizás conveniente hablar t r temor a comprometerse creí odose obligado á Fioretta: pero st-oia la cosa es diferente, y si verd tderímente conoce... -Diré yo sé que á ese cochero 1^ ilatnan Musolungo, porque na' nunca sonreír y es de VIO s^ona, en donde en eV piso bajo hay una taberna y allí le han visto algunas veces en compañía de Ernesto, que creo es lejano pariente suyo. — Este sería un indicio précioso observó Filomena— pero antes de dar parte I nadie deberíamos nosotros mismos buscar el medio de acercarnos á él y hacerle canutar; - ¿Qué le parece á usted, Mariana? ¿Si fuéramos usted y yo una de estas noches k esa taberna? • — S3uy bien— gritó COQ eatusjas mo la Neirassa. —A los maridos los dejaremos en casa, porque no nos serviría más que de eitorbo— aüad'ó Filomena -y hay que llevar el saijntp con mucha prudencia si queremoe sacar partido de él. —Tiene usted razón — exclamó la Neirassa.— Vjya Filomena y y abajo Pioretfca! — ¡Viva nuestra amistad, nuestra unión!— dijo Filomena llenando los vasos de burdeos, que fueron vaeiadoe entre gritos de alegría que despertaron sobresaltado a Vital e. —¿Qué pasa? ¿Qué sucede?-5 preguntó entristecido, sin tener fuerza para levantar la cabeza. Le contestaron con alegres riaotadas, y Filomena para despertar — '-I »nr>n la rrar.;/, pn UUCa la Una hora má.8: tarde, estaban todos borrachos y cantaban desafo radaménte, ,1 : .¿ttanyui ii-e.'jff A ¿úa'.-l:'ic ?-d IX ' .v kuv.J. .•):óli?c$ f-i ó.Pi> v- Supo el señor Oandero el hurto de que fué víctima Fiorbtta, y su coloquio eon al jefe de poliaía. —Ciertamente— había dicho éste— Fioretta debía de saber algo de la denuncia de Ernesto, y si Fioretta no conservó la carta, sería porque diría algo que la com prometís, y queriendo prevenirse para una eorprass fué §lla misma a denunciar al amante, euando GS. taba segura de que no podrían alcarz^r'e. - L'í í á s maneras, eneontrándose ar: uioada sería más fácjl vigilarla, 7 que- un día ú otro se le escapase la verdad. Sin embargo, a pesar de estas esperaspas, pada vino á confirmar las previsiones del funcionarid. La verdad es que habían visto á Fioretta en aquellos lugares, por los que tenía pasión, lugares de geptg de mal vivir; pero nada había soltado ^ue pudiera ppinprpmeterls. Por lo demás, conservaba aieiñ* pre su elegante piso en el Corso Príncipe Eugenio, y se decía que un riquíaimo y viejo industrial iia eiente hurto del cual había nido yíetims. Los señores Gandero habían ca sí perdido la . esperanza de encontrar alguna < prueba en contra de ella, y buscaban consuele á sü dolor en e' cariño de Netto; d^I que ya no habrían podídc separarse. Una tarde, el niño había salido en coche eon la señora Emilia, y el señor Candió estaba en su despacho, cuando entró Magdalegi' sin pedir permiso. — Señor, señor... —¿Qué pasa? -preguntó el señor Gandero entre inquieto y sorprendido. ^-Quería áeoirle gue está aquí Filomena, la madrastra de Netío. Dice que trae algo interesante que coiüünicarie. Yo, á decir verd-d. no me resolvía i- dejarla pasai?, —Hubieras hecho mal; y me alegro de que no se hallen en casa Netto ni mi mujer; así podremos pegltgrlss esta visita. -=-Bien dice ustedí pero he ob' servado que Filomena no parece ya la misma de antes; va muy aseada, habla con buenos modos, y garece que tanto el'a eomp V.ta I^'despyés de cagados, vayan par bueu camino; ya no se emborrachan y trabajan los dos. —También me lo han dicjio — dijo el aeñor CanrUro— y me feiioi to por K&tfco. que el día 4e mafta . ^ftíreg.— ¿Pero dónde la de- — Eñ'el recibimiento. I —Ve y dile que la recibo, y cohducelá áqul' E; señor Gandero esperó impaciente! Filomena entró. /Venía cubierta cen un mantón gris obscuro, y tenía la cabega eo vuelta en una toquilla. flabía perdido el aire descarado de otros tiempos, y tenía aspecto de una obrera honrada. Síludó modestamente, diciendo: - Dispense ust»d si vengo á mo ¡estarle; pero no he querido retra sar mi venida tratáB4oa§ de! asunto que tanto íé interesa El pobre señor le inmutó. - ¿Teséis alguna noticia róspecto á íír nifií? - gi, seíiof . ; ; El señor Gandero se puso pali dísimo; Magdalena que había permanecido en la habitación, se acer06. ' — Bios mío, ¿serl verdad? Siéa tese usted, Filomena, y díganos lo que sahe. Filomena contó cómo había he Obo amist*4 CQQ la portepa de la nasa, ia astucia empleada para ganarse su oonñdnza, la seguridad recabada da que la Neirassa odiaba i Fioretta por el desprecio con 3ue éaU la había trapío d^pué^ e aerviraa de ella, a eeaa ot eci" 'atej&r la reoouem ación, ^erntrario cuw- i^l:- ^ed-su 'Cena «on a y eo voz de tai -■ '"J ■ ^-p^ipetito^ i.ftascaritaífW» roíOiras; así, ^ los desahogos de la portera cuan rente, mostráidí do llegó i estar borracha, y sus re- do nos ac-ip velaciones, entre las más impor- — ¿Partr: Aprovechamos el día de ayer, flía de dos m scarjs tan bwnit-8*." disfrazándenoa de napolitanas, He- : dijo uso de los jóvenes- Si ^oie vando CBreta. ren aoaptar, le, 0£r ex/jo * cfcDt Yo me parezco al^o á Fioretta á los dos. ñor e' pelo s egro iizádo2 la boca y ; — Grgcixs -re n 6¿ á hxmoqM 3 formas aas.rroil--d-.s. y mi intatt- • cidído caa^r eon é¿ oHngo, y 60 tiAn era pass,r por ella. , ? lamente de éi io cantaremos. . | uimos S la taberna, jfóftg las i —¿Y si yo no Uvie-a intención ocho de It noche. 'f de ofr córoaia? i^pieé el cooh8 Habís pooa gente: un obrero 1 ro. que olaramen¡e ¿emoatiaba muy gordo, en compañía de una tar poco 8*ti8fec¿ ie nuestra ■pj? mujer despeinada, harapienta; dos jóvenes que jugaban á las cartas, y en un ángulo nulo nuestro Mu~ solungo, que tenía ante af una so pa y «n Y^ÍQ lleno de vino. La portera me lo indicó, apenas entramos. Nuestra aparición llamó algo la dijeran»1 sencia. —¿De veras? ¿T 4 te nombre? —Yo no concí»» mnjsres vuestro género —Dispénseme aated caballflff'» si entro en esüs detalles -dij Filomena al señ* Candern— Per^ atención; la mujer mal trajeada ¡ es para no ocultíde nada, munmuró rilgo, los jóvenes que ju f —Siga usted aielante, ?ae_¿;j(p g^ban las cartas nos ofreoieron j cucho con granda atención J Ksiento corsa ie ellos, y Musoiua- j el anciano, que eataba bobre _ggj*M-dÍEüriójina mirada iídite- < eií*i.