LA OPINION V PREGON DE LA ROMERIA DE HORTELANOS En el Colegio Público "Nuestra Señora de la Sierra", se celebró en la noche del día 10 de mayo, el V Pregón de la LXX Romería de Hortelanos. Se inició el acto con unas palabras de salutación por parte del Presidente de la Romería don Rafael Luna y a continuación lo hizo el presentador y pregonero del pasado año don Francisco de Asís Granados Atalaya para destacar los valores profesionales y sobre todo humanos del doctor Pérez Marín; hizo alusión a su entrega al pueblo de Cabra y de como le preocupan los problemas que afectan al pueblo, prestando su colaboración a quienes más lo necesitan y esperando de él un pregón lleno de ilusiones y esperanzas para el Gremio de Hortelanos. Lo inicia el doctor Pérez Marín diciendo que una persona de más allá del Mojón va a hablarles sobre lo que él piensa que debe ser el hortelano de Cabra en el año 2000 y que las cualidades de excelente tra¬ bajador y las posibilidades que le presta la actualidad ante los mercados europeos deben ser aprovechadas al máximo pues de esta ocasión puede nacer un futuro esperanzador no solo para Cabra, sino para sus propios hijos. Hace referencia a la calidad de los productos huertanos y de como se tienen que aprovechar para crear redes comerciales adecuadas evitando, de esa manera, la intervención de intermediarios creando, además, puestos de trabajo aprovechables para los jóvenes egabrenscs, debiendo movilizar las fuerzas políticas para conseguir un respaldo en sus aspiraciones evitando que las feraces huertas egabrenses se transformen en chalets y piscinas. No olvida el pregonero el significado que tiene esta tradicional Romería al Santuario de la Virgen de la Sierra, no ya por su antigüedad sino por lo que representa el postrarse a los pies de la Patrona de Cabra para llevarle no sólo los frutos de sus cosechas, sino también todas las ilusiones, trabajos, alegrías y también penas, pero que Ella como buena Madre de todos los egabrenses sabe escucharles y favorecerles; también es símbolo esta Romería del espíritu de hermandad y de unión que debe de reinar entre todos, cosa que nunca debe faltar entre todos los hombres. Recuerda también el doctor Pérez Marín el significado que tiene la esposa en la vida del hortelano, fiel compañera y ayuda en todos los menesteres y faenas de la huerta, sin olvidar que ella es madre de nuevas generaciones que marcan un peculiar sello en esta forma de vida egabrense. El pregonero que fue interrumpido en varias ocasiones por fuertes aplausos de los asistentes, recibió una gran ovación al final de su intervención. Por último le fueron entregadas a los Sres. Pérez Marín y Granados Atalaya sendas placas de recuerdo por su colaboración y un hijo de Antonio Jiménez interpretó en un pequeño órgano electrónico las coplas y la Salve a la Virgen de la Sierra, terminándose el acto con unas abundantes tapas y copas de vino servidas en una dependencia del Colegio Nacional. El pasado día 6 del presente mes, se celebró bajo la presidencia de Monseñor Suquía en la sede episcopal de Madrid-Alcalá, el acto de apertura del proceso de beatificación, canonización y martirio de la Madre María Jesús, en el mundo María de la Encarnación de la Yglesia y Varo, religiosa escolapia, natural de Cabra, perteneciente a una ilustre y conocida familia egabrense, que siempre se distinguió por su acendrada fe religiosa. En el acto prestaron juramento los miembros del tribunal, que llevará a cabo dicho proceso, y asistieron, además de religiosos y religiosas de la comunidad escolapia, deudos de Madre María Jesús, así como algunas personas que fueron testigos de su abnegada y ejemplar vida. Con este motivo, conviene recordar la fecunda y eficiente labor que durante cerca de un siglo vienen realizando las Madres Escolapias, en la formación religiosa y cultural de la juventud egabrense, y numerosísimo el fruto visible conseguido; bastará un ejemplo que por sí solo llena de gloria al Colegio y al Pió Instituto: en él pasó la niñez penetrándose de las virtudes cristianas, la Madre María de la Yglesia; en él recibió el llamamiento de Cristo, que la llevó, primero, a ser una perfecta religiosa y después, cuando repitiéndose la historia, émula de sus antecesores los primeros mártires egabrenses San Argimiro y San Rodrigo, ofreció generosamente su vida por su fe, en Madrid, el 19 de setiembre de 1936. LA OPINION SEXENTA AÑOS|AL SERVICIO DE NUESTRA TIERRA