LA OPINION SEMANARIO INDEPENDIENTE DEFENSOR DE LOS INTERESES GENERALES DE CABRA Y SU DISTRITO m v l'KIOCIOS Dñ yusuiuoiON : : En CABRA, un mes 0'50 ptiis Fuera . tn- mestre, 2 00 Semestre, S'SO. Un año, 6 ■ :: No se devuelven los originales SE PUBLICA LOS DOMINGOS Cabra 30 de Abril de 1916 Redacción. Administración e Imprenta, Juan Ulloa, 44, donde se dirigirá toda la co- | rrespondencia Todos los autores serán responsables de sus escritos li NQm. m LA FERIA Ya está otra vez patente y vivo a ja vista de la generalidad el problema de la feria y se nos vie ne llamando la atención a fin de que volvamos a insistir en lo que tantas veces ha sido tratado en las columnas de LA OPINIÓN, sin que hasta la fecha hayamos podido lograr nada definitivo ni práctico. Nosotros que en la modesta vida periodística podemos apuntar en el haber algunos éxitos, pues trabajando con perseverancia logramos formar opinión y que la ¿ran masa siga los derroteros que precisan para conseguir los ideales, no nos ha. sido dable alcanzar que las fuerzas vivas de la localidad se den cuenta de la importancia que entraña fundar una feria. Porque, vengamos a cuentas; si los casinos, cafés, tabernas, comercios, panaderías etc, etc. dan diez y por la feria reciben 30, ¿no es verdad que ganan 20?; y ¿si no hay toros que ganan?, absolutamente nada. Siendo eso lo que es menester que los aludidos industriales entiendan. Y considerando que tenemos en Cabra el día de San Juan una velada que es mas bien una feria; que a ella acuden forasteros, pues se trata de una solemnidad animadísima; que vienen sin llamarlos exhibiciones de fieras, circo ecuestre y compañías excelentes al teatro de verano ¿qué falta para que perspectiva tan hermosa se complete? Pues una cosa sencilla si trabajamos con fé: una corrida de toros buena. Y a este efecto ¿no deben ayudar los directamente interesados? ¿qué, es lo que hacen en Córdoba. Sevilla, Murcia y en todos los pueblos donde se miran bien estas cosas? pues ayudar los que rec'iben beneficios, Y ¿quiénes son los que deben ayudar? Creemos que los casinos, fondas, cafés, tabernas, porque aunque ganaderos y toreros se^ llevan sumas de consideración, es mayor lo que en el pueblo queda que lo que se. va, de suerte que convienen las corridas. Y a parte del aspecto económico, en otros órdenes de la vida ¿no gana una población mu¬ cho cuando tres o cuatro mil forasteros la visitan? • Desde luego porque la comunicación y el contacto echa lazos con los que aquí viven que a la larga han de beneficiar. Pues entonces ¿por qué no trabajamos de verdad para que el día de San Juan que tan apropósito es, haya aquí una corrida de toros buena, con lo cual tendríamos hecha la feria? Señor Alcalde; señores concejales, casinos, cafés, tabernas y fuerzas vivas de la población ¿verdad que merece la pena trabajar con ardor para dotar a Cabra el día dfc San Juan de una buena feria? ¿No es cierto que una gran corrida sería medio eficaz de conseguir el objetivo? Y trabajando todos de verdad ¿-uién habrá que se niege a contribuir a lo que tanto le daría de ganar? A un ruiseñor En la mañana d¿ hoy 24. Abril de igió Ruiseñ ir, sigue cantando Y no te alejes de mi Porque poi o.rte a 11 Te vengo siemp e buscanJo: Tu camas tiiste l'orando Como yo río sufrien 10; Y por eso voy siguiendo De tus pasajes en pos Damiole gracias a Dios Y su nombre bendicienJo. Ten presente que a tu canto Acompaña la armonia Que es tristeza y alegtia Concierto divino y *ahto; ÍVlira que toJo quebranto Se mitiga a tu trinar, Pues con tu dulce cantar Dentro de lasciva umbría Lo revistes de alegría De placer y bienestar. Rindes tributo en unión De tu triste compañera Con música placentera Que a'egra su situación; Todas tus endechas son Lenitivo a su pesar, Y cuand > sientas piar Tus hijos en la espesura Darás tregua a tu amargura Y dejaras de cantar. Si mi canto te alborota No turbes mi lantasía; D rram.a en triste alegría Tu cántico gota a gota: Por eso mi lira rota D--ja de glorificarte Porque para retratarte Con sólida perf¿cc¡ón, Hay que tener corazón, Con talento, Amor y Arte. F. G. v U. POKTAS ANDALUCES "Las fases de un dolor*, Ha llegado a nuestras manos, con una fina dedicatoria, un poema en octavo que su dueñ'i y señor titula «Las fases de un dolor». Lectora; el nombre de su autor, seguramente que sonara en tu oído como un campanín de oro que otros días tocase a gloria en tu alma. ¿Recuerdas "María de los Angeles»? ¿Aquella comedíela que te hizo llorar? Pues aquel visionario que delinease el alma votiva y saudosa de María, es ei que nos envuelve, nuevamente, en la serenn melancolía de sus versos. Vícetite Muñoz González. Es un poema, castellano y hondo, como dquellos que soñaran los Santos Padres de la escuela clásica; aquellos que, en un cosmopolismo intelectual e idiosincrásico, fueron anacoretas y truhanes, trovadores y mosqueteros, bohemios y reyes, a un tiempo mismo, mientras rimaban el hambre con la risa, bajo la suprema ironía de sus péñolas. Muñoz González, es un poeta a modo de los cánones clasicos; de un clasicismo mixtificado y nocivo; quiere hacer poesía «a lo viejo», — y logra acercarse- -pero ei estilismo, anejo al ambiente y a la época, en sus versos pugna por brillar, brilla... pero, instintivamente, va decayendo en una suave languidez de juventud. Seguramente, irremediablemente, el poeta se halla influenciado por los estros clásicos— quizás por el culteranismo, — pero, de igual modo, la musa retozona y funambulesca de Murger, de Verlain, tal vez del inovadór y revolucionario divino, el académico Henri de Régnier, aquel mago de la tristeza y del simbolismo que escribía: «Nada os diré hasta que el olor de vosas conmueva vuestio brazo sobre el mío, y el dulzor del ocaso de las cosas en vos vaya entrando con tinte sombrío; y halláis desfallecido en esa mezcla tierna bálsamo de noche y aroma de sol, que es el viento que sopla a la hoja que tiembla, mi voz o la vuestra o la voz del amor...> La musa de ese divino genio libertado por Brunetiére del ambiente anodino; estas musas — como decimos antes — y hasta las de nuestros ¿jóvenes maestros», también dejan caer sob e el espíritu de Muñoz González, el peso de su sangre— joven, '.vigorosa, áurea—como la losa blanca y fría de las Eternidades. Muñoz González, no puede ocultar que es malagueño; y en su poesía épica y profunda, como los eriales de la tierra parda, el poeta, sin querer, deja volar su alma, su alma con alas en los hombros y en los piés cadenas, y brilla en sus estrofas la sangre de la tierra, el genio; porque es obra de lós poetas andaluces...— que son la encarnación de la Tristeza, del Sentimiento, de la Locura— y son ellos. Y es que el alma de . Andalucía es sagrada, triste, ardiente, gitana y mora, como las coplas, como el vino, como los ojos negros, como las lágrimas... Bienvenido sea el poeta, porque trae en la trente el Ideal, en las manos rosas y en el corazón un amor malagueño, gitano como la güenaventura... Y, vosotras, lectoras que os quiero tanto, cuando en los ocasos de vuestras almas oigáis los pasos de la Tristeza, del Recuerdo; cuando rompáis con el novio ingrato; cuando os veáis morir de pena y de amor, no llorar, que el llanto, en vosotras, es poesía que se derrama, que se pierde en los mares azules de vuestras ojeras; no llorar. Abrid este bello libro y leed: «Cuerpo frío que fué mío sin lealtad y que inerte ya en la muerte halló su tranquilidad' Pobrecita Mensajera palomita y volandera, del jardín. qne abrasó en la luz carmín del foco encontrado al paso sus tibias alas de raso y sus plumas de jazmín...» Seguid leyendo: «Mi mujer era cnal todas: . carne débil preparada puesta aquí sobre la tierra pata serlo todo y nada según cuadre en un momento al poder de la ocasión... ¡Es inútil por lo antiguo el hablar de ingratitudes, ni deberes, ni virtudes, ni honradez, ni corazón!..» Lectoras; no lloréis: los versos, como el vino y como las mujeres, porque son tristeza, son consuelo... ¡Bendito sea el vino, los versos y las mu¬ jeres. Pedro Iglesias. Muy importante Desde hace largo tiempo viene siendo tema obligado en conversaciones privadas y también de trabajos periodísticos, el atraso en que se encuentran ciertos procedimientos agrícolas con perjuicio del resultado de la producción que siente cada vez con mayor fuerza ¡a necesidad de sustituir la rutina por un ambiente renovador que, a modo de savia provechosá, nutra el nervio de la vida rústica a quien los errores del cultivo detienen en el camino del progreso. La separación, el aislamiento en que la vi da del labrador se desarrolla, o mejor, la falta de espíritu de asocia-