'i » I Franqueo concertado ■ D e o e n si r i iStMSfl&Sm la Virgen de la Director perpetuo, f Don Manuel Mora y Aguilar ierra Franqueo concertado ' ■ PRECIOS DE SUSCRIPCION En CABRA, un mes 0*50 ptas. Fuera trimestre, 2'25. Semestre, 4'50. Un año, 9. Extranjero, 12'00 pesetas, , / 1 Se publica ios días 7, 17 9 27 de cada mes Cabra 7 de abril de 1947 Dirección y Administración; Comandante Silva, 17, donde se dirigirá la correspondencia. Los autores son responsables de sus escritos. m. 1599 V' i La Hermandad de la Lánpara En el pasado número dábamos cuenta de las vacantes existentes en esta Hermandad, que mantiene ardiendo la lámpara del Santuario que luce ante Nuestra Patrona. Hoy hemos de consignar, con la natural alegría, que el númeho de aquellas vacantes ha disminuido. La virtuosa y noble Sra. Doña Elisa Fernández de Córdoba, de Vargas, nos comunica desea entrar en ella, a lo que accedemos muy gustosos. Que la Virgen bendita se lo premie. • Quedan, por tanto, tan solo dos vacantes en la Hermandad; si algún devoto quiere pertenecer a ella, le rogamos lo comunique al Hermano Mayor. Santuario de la Sierra UNA CARTA Sr. Don Manuel Mora Mazorriaga Cabra Muy señor mío: por la presente tengo el gusto de saludarle y al mismo tiempo anun-ciarle que por giro postal núm. 2/77 le envío veinte pesetas, las que le ruego reparta en la siguiente forma: nueve para abonar la suscripción de LA OPINIÓN; tres para las cuotas de. la Hermandad de Nuestra Virgen bendita de la Sierra, correspondientes a mi esposa Rosarito Jiménez Muñiz, mihijita Victoria-Eugenia y la de un servidor, y las ocho restantes como donativo para la lápida que perpetuará la memoria de su nunca bien llorado y quérido padre. Deseando serle útil en algo, queda a sus órdenes su afemo. s. s. A. Polo A bordo, Ceuta, 27-111-47. N. de la R. — Desde estas columnas hacemos presente nuestro agradecimiento a este devoto caballero, pidiendo a la Blanca Paloma por el bienestar y la salud de esta fervorosa familia. Favores y gracias que la Virgen de la Sierra EfliiEBde a sus Mos Señorita Concha Poyato, para una novena y el resto para la Virgen, 5 pesetas. Un deVoto, en acción de gracias, 15 pesetas. Doña Francisca Campos de Vargas, 6 pesetas. Un caballero devoto, para las obras más urgentes del Santuario, 805'20 pescas. Rogad a Dios en Caridad por el alma de la SEÑORA í Que falleció en Lucena, el día 29 de marzo de 1947, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la bendición de Su Santidad. - R. I. P. Á. Su Director espiritual Rvdo. P. Melquíades Gabarro; su esposo Don Pedro Vera Alcalá; hijos Don Manuel, Doña María de los Dolores, Don Miguel y Don Francisco; hijos políticos Doña Josefa Campos Santiago, Don Antonio González-Meneses Rodríguez y Doña Francisca Cuenca Cordón; nietos; hermanos, hermanos políticos; sobrinos, sobrinos políticos; primos, primos políticos, demás parientes y amigos. ■ SUPLICAN encomienden su alma a Dios, por cuyo favor les quedarán reconocidos. JOVELLAN05 En el siglo del Neoclasicismo vino al mundo en Gijón, se hizo abogado, estuvo varias veces desterrado y sufrió del francés el intrusismo. Patriota y arquetipo de altruismo, fué en el teatro poco afortunado con su comedia El Delincuente honrado, lacrimosa- con toques de jurismo. • Sus memorias e informes muy diversos, reveladores de su gran cultura, ricos veneros son de bella prosa. Y en bien medidos y limados versos dió a la sátira vida su figura bajo muchos conceptos portentosa. Ramón Escalada. Pox - Christi (Sección de los jóvenes de A. C) Insístiei&do . En días anteriores hablábamos desde esta sección, de la gran ambición de nuestra juventud, del deseo' más vivo y más tenaz de cuantos pueden justificar nuestra existencia como organización al servicio del bien; y .ese deseo tan hondamente sentido no era otro que el llegar algún día a ver a Cristo reinstalado de nuevo en nuestras vidas. IOh el día que el hombre aprenda que en Cristo y únicamente en /El está el secreto de una convivencia felizl. Ese día señalará en la historia de la Humanidad el comienzo de una etapa dichosa de su existencia. Se hará realidad la edad de oro profetizada por el poeta de los sonoros versos: «Bajo tu consiílado, ¡oh Folión!, tendrá principio esta gloriosa edad y empezarán a correr los grandes meses; mandando tú, desaparecerán los vestigios, si aún quedan, de nuestra antigua maldad y la tierra se verá libre de sus perpetuos terrores». Pero en las presentes líneas queremos insistir en el tema del pasado articulo. Es una verdadera y ob^sicaaate preo¬ cupación, la que esta J. de A. C. tiene por lograr. un núcleo de jóvenes obreros católicos que cooperen con nosotros en la tarea de llevar la voz de Cristo *a todos los sectores de nuestra sociedad. Nuestras clases modestas viven dolorosamente apartadas de Dios, y viven así por una desventurada interpretación de las cuestiones de la Fe; Cristo se hizo hombre pór todos los humanos: por el gentil y el creyente; por el sencillo labriego y el rico potentado. La Redención, ia muerte de Jesús en una cruz, fué un divino sacrificio de amoppor los hombres; pero aun hay más: Jesús tuvo especial predilección por los humildes y para probarlo nació en un pesebre y fué carpintero durante treinta años en la aldeita de Názaret y se rodeó de 12 hombres sencillos, rudos pescadores del mar de Galilea y esos doce hombres humildes fueron después los pregoneros encendidos de la -Buena Nueva. ¿Qué más? Su caridad se difunde prodigiosa entre los necesitados de toda condición. Jesús amó a los que padecían hambre y sed de Justicia y les llamó bienaventurados. Jesús, habló en su predicación del. rico Epulón y del pobre Lázaro y mostró al primero poseedor de todos los bienes de la tierra, perdido en el Infierno por el mal uso de sus riquezas e implorando de Lázaro el mendigo, el consuelo de unas gotas de agaa.que calmaran su abrasadora sed. Cristo amó al humilde porque está más necesitado de amor y prometió elevada recompensa al que haga algo por el' necesitado. «El que haga algo por alguno de estos, dijo, por mí lo hace». Pero el corazón del humilde se aleja de Dios a pesar de que el Señor lo busca con afán. Las cosas de la Iglesia y de la religión son propias de gente desocupada, de gente a la que sobra tiempo para esos menesteres, se acostumbra a decir. ¡No! y mil veces ¡No!.. ; las cosas de la religión son cosas que afectan a todo hombre por el hecho de serlo. Todos tenemos un alma que podemos perder o ganar y a todos interesa aprender los caminos de la Eternidad. ¿Has ensayado alguna vez, hombre que Places esa afirmación, el consuelo de una pieg4ria? ¿Cúáad** el uoior ha lucho presa en tu corazón buscaste el amparo del Ciclo? y si lo hiciste ¿no notaste aliviado tu tormento? mas si Dios es consuelo y amparo ¿porqué te alejas de El, tú que .estás más necesitado que nadie de una mano amiga en que descargar tu pesadumbre?. Mujer egabrense, sin duda que quieres a tu hijo de modo entrañable; pues bien» más importante aún que enseñarle a ganar el pan, con ser ello en verdad importante, es enseñarle a ganar el cielo. En la hermosa ciudad de Cabra, como en el resto de las ciudades de la cristiandad, hay una Juventud Católice que ayudará a tu hijo a conservarse bueno, a ser obediente y laborioso, a ser alegre con sana alegría deportiva y cristiana y le apartarán de la sombría expansión de la tasca embrutecedora o de otros sitios tal vez peores. Y tú,, joven trabajador, repara que un grupo de jóvenes como tú, que tikaé< las mismas aspiraciones y deseos y una misma necesidad de orientación, te invitan a que te unas a ellos y con ellos Irabajes por tí mismo, por tus amigos, por las personas .que te son queridas, haciendo que Cristo presida de t^uevo las conciencias. Entre nosotros aprenderás entre otras cosas^que es posible vivir con sana alegría y dar rienda suelta a las energías de tu juventud sin ofenderá Dios y sin envilecerte. Un joven de A. C. Los Hermanos de la Aurora No sabemos de momento, prometiendo rebuscar sus nombres en los escritos de nuestros antepasados cronistas, los egabrenses de sano espíritu y noble corazón «que crearan entre nosotros la primera agrupación de «Los Hermanos de la Aurora,», para hacer de ello una ligera historia. Por ahora, ló más importante es, que un puñado de muchachos de laboriosidad edificante, que en su hjayor parte militan en la Asociación de Jóvenes de Acción Católica, tremolando la bandera de nuestras tradiciones, se han agrupado en santa hermandad, y con el mismo entusiasmo que pusieran aquellos nuestros abuelos fundadores, se han echado sobre sí la tarea de inyectar nueva savia a la caduca agrupación de «Los Hermanos de la Aurora> la que, al dotarla de una magnífica masa coral e instrumental, resurge entre nosotros recordándonos aquellas tradicionales canciones que, lejos de invitarnos a la fiesta frivola o chavacana, que solo nos conduce por el espinoso camino del mal, nos enseñan a rezar a la hora de la aurora, alimentando así nuestras creencias en bien propio y en el de nuestros hijos. Ya decíamos en otra crónica, que aludidos jóvenes, en vías de ensayo, durante las próximas pasadas Santas Misiones, habían ac- ■ ■;