OníEnVACioXES. El hombre que pUtl a en ol pr>rvonir, mira • liacin Atiba; el que se ocupa de lo pajado, mira al suejo-, el que atiende á lo presente, dirige la vista hacia adelante-, el que no piensa nada mira á todos lados, y el que mira muchas voces liácia atrás, es porque siente sm dudo los pasos de sus «creí'd )res Kl hambre que marcha suave, rcílexiona, medita ó calcula; el que proyecta un negocio, marcha ligero; el que corir, sueña en dinero, en amor ó en cosáis vitmm Un trage simple, un poco descuidado, pero limpio, un paso ni muy vivo ni muy lento, y unos movimientos ni muelles ni duros, anuncian al hombr« sano, razonable y bueno. Kl lumbre que corre á pdsitos, guiña los ojos y mueve Is espalda* es charlatán, quisquilloso y enredhdor. 1 El qth1 lleva cadenas de oro visibles en toda su rsten^i ín, camafeus, bagatelas, sortijas, etc., es un palunU) rico, un. mercader de remedios para heridos ó un principe italiano. D. M. de Valencia. EPISTOLA. De la Albuera á Badajói — vino el quinto Juan García, — que según publica voz, — era el burro mas atroz — que la provincia tenia — De un Besando batallón — soldado al fin quedó hecho: — y en diez meses de instrucción, — el gefe del pelotón — le enseñó el flanco derecho. — Llegó muy contento Un dia, — y dijo al cabo furriel : — « Hágame el f.ivor usia — de leerme este papel, — que la familia me envi.i. » — UM carta le entregó — con cinco <»ltleas de goma •, — «nía que el cabo leyó, — lo que aquí trascribo vo — sin omitir una coma — « Mi muy «precí »b!e'J,aañ : — Sabrás que esta te la envió — con oíros quintos que van, — 1os cuales le llevarán — espresiones de tu lio. — En esa gran capital — donde te llevó el destino, — no debes pasarlo mal •, — y mas estando en camino — de. llegará General. — Si no mienten las señales — que me da la sementera, — baja ••I trigo dos reales. — Tu hermano sigue en la era — ron los demás animales. — Hace aqi^i tanto calor, — que ga RM es desatino. = Benita tiene un dolor, — sei^un di.e el herrador — de comer tanto pepino- — Tuede ser «le gr.i vedad, — y le 1Q digo tan solo — porque sniías la verdad —La burra del tio Bartolo — no ha tenido novedad — Tu tia, tu madre y yo — te maiip Hairjos diez reales, — que fuó lo que se juntó, —cuando la nueva lleí;ó — de tu paso á provinciales- — Dehe» darte buenos trillos — que es tan solo lo que quiero-. — adcinas, si están baratos — y te sobra algún diuero, — quisiera un par de zapatos. — Manda también un sombrero. — un bastón y unos pendientes-, — en fin, gasta ese dinero, — como debe un caballero — portarse con sus parientes- — No quiero decirte mas — que otra vez te pediré: — Para estas cosas sabrás. — que no te olvida jamá? — tu tio Bartolomé. — Juan la carta se guardó — y empleó su capital, — en vino que se bebió- — I nica prueba que dió — de no ser un animal. M. V. (El Gévora.J Por I. G.e.t> 7 1. G.ctill. . FRANCISCO DE P. LLANO. — 4— toh í^nll el ¿ io\' - rn ií s! JuiaJa GOSIUNIGADO. -TI... ilaó si ¿ishoqs oa-J:ftbi!fiuMÍOi: bb a-o-r>id «o! ailao'óiiqa'j / .Í>ÍUÍ»L' OllAtOfl ÍS OS OÍ i b 1 ± Trigo.- de 57 á 60 f. Cebada de 27 á 29. Centeno de 39 á 41. Habas de 36 á 38. Garbanros de 50 á 60. BE TOBOS. La compañía ecuestre gimnástica dará hoy so primera función por el órden sisuiento Los ejercirios del alambre cléclrico Kl loco. — Juegos icarios. = La jaca mosca. = La percha peligrosa. = Lscenas á caballo. = Los grandes saltos de la batuda Finalizando con ia subida del Globo mónstruo, con un niño de 6 años trabajando en ti trapecio. A las 4 y media. A 2 reales. BAZA: IMPRENTA DE D. ANTONIO ALVARBZ, EDIYOR h ESPOysABLB.