AHo lí, Número 200. i ir.il J 1 ' • - . . . . . ■ " , ' "•. • • ^ ti! f,-)í;f:f fllld/ipil 'fio Mifttiitl Bn Grauada, por un mes. 7 reales. En el resto de la Península, por tres meses. . . 2-1 » Kn eD 'Extranjero y iaa AntlllaSj por un smiestre. 70 » DIRECTOR Y ADMINISTRADOR. íii r: LITIS SECO DE LUCEN A. , | .f.,; '/lfK»..I !■■■?«*'•: ¿o I OFICINAS É IMPRENTA': ÁGUILA'. 5. •JK TTri.rui) t jiul'ü i!) w ■ — Los do arromiauiicntos, se publican gratuitamente --La iustírcio-: . de los demás se abona con arreglo á tarifa.— A los su.«critore3 se le insertará gratuitamentñ, duranre tres dias cada mes, un anuncio que no excéda de cinco líBcns. m& JOYAS DEÍ, ARTE COA'TEUPOBÁNEO, &. ' 0 0 EsU género ha llegado en España al mayor periodo de decadencia, Falta lo esencial para su cultivo, que es la protección que ; en otro tiempo lo dispensaban colectividades que han desaparecido y que si hoy existieran, es presumible no manifestarían la tendencia de hacer propaganda por medio del antropoteísmo: diremos más: aunque .haya artistas como el Sr. Gómez Moreno, con, aptitudes especiales para este género el más difícil de todos, y aunque exista todavía una clase social muy respetable . que podría proteger su desarrollo en la medida de sus fuerzas, parece (sin que esto sea una aseveración de nuestra parte) no dan gran importancia á un arte que escita más el misticismo de las multitudes que los aptos más solemnes representados por la forma simbólica del cere monial litúrgico. ,, Si un dia. nuestro país se viese sometido al doloroso influjo de una de esas convulsiones sociales en que el afceismo invadiese los templos y destruyese todas las obras de arte, es muy posible, si se tiene presente el cultivo intelectual dé las muchedumbres, que el ultráge al dogma, seria menos lamentado que la desaparición de las imágenes que son objeto de una ventracion especial. En estos últimos tiempos han sido extraídos de las Iglesias vasos sagrados de valor intrínseco eonsíderaljle, á cuyos hechos ni se les ha dado la importancia que en otro tiempo tuvo él que dió lugar á la obra inmortal de Claudio do Coello, ni se ha mostrado el interés que en época reciente hubo por la desaparición del S. Antonio de la Catedral do Sevilla.y por la Soledad de la Capilla de S. Miguel de nuestra metropolitana; sucesos cuya pérdida dió lugar á que la prensa europea se ocupase del asunto y cuya recuperación fué causa de manifestaciones de regocijo en que tomaron parte todas las clases sociales de ambas provincias. La tendencia realista de ía pintura moderna ha tenido gran influjo^ en la decadencia del idealismo religioso; falto este de estímulo, se na ejercitado ta acción del genio dentro dé las corrieiites que daban aliento á su actividad, y de aquí ha nacido un arto convencional puramente decorativo y suntuario; es decir, un arte que exige mas ingenio que talento y que por esta circunstancia tiene al¬ go de oficio. Er idealismo do la belleza subgetivaj el gran arte de hacer brotar en el alma un órden de idea» y afectos que conmueva los resortes misteriosos del sentimiento, lo decimps Con dolor, vá desapareciendo; y si un pintor como el quo nos ocupa dá un vivo destelló de sus aptitudes én él, no se debe al esfuerzo de una determinada clase social interesada-en su fomento. Llegará un dia en que desaparecerán las últimas obras. del árte religioso y también las colosales construeciones que han sido su último refugio; y" estos grandiosos monumentos que tienen el raro privilegio de conservar hasta en sus ruinas el encanto de su magnificencia, imponiendo respeto á la naturaleza que las cobija de verde musgo y matizadas flores, borrarán al caer el aspecto de grandeza y el característico perfil que dibuja en d azul trasparente de los cielos la fisonomía de nuestros pueblos; fisonomía cuva vkta hnn. !«»• i1"^ R' J J J mus que reiractano ai senupiien nace latir el corazón después de una prolon- Amentarlo. . ««tnw.i:. .aap.iT' . efiff ) mora w víaos sbfwjDcll < gada ausencia, porque nos recuerda las más dulces etapas de la vida. La nación francesa, país ilustrádísimo, procura que el. estado de las akes eslé al' - i - vel'de isii (^iltiífa f en la acfualídad á'á pruebas de un "marcado interés'en su desarrollo. Comprendiendo que los géneros histórico y religioso no pueden vivir del impulso individual sometido á las veleidosas exigencias de la moda que vé en la pintura un objeto; decorativó solo accesible al privilegio de la fortuna, promueve el estímulo y alienta el génio valiéndose de certámenes periódicos en que á más de premiar las obras sobresalientes, adquiere las qne, reuniendo aquellas condiciones, interesa al Estado ayudar, constituyéndose de este modo en protector del arte bello y noble en su genuina acepción. Durante el año de 1878 tuvimos la complacencia de observar en París la restauración y ornamento de varias iglesias con magníficas pinturas murales y grandes cuadros encomendados á los primeros artistas, procurando de este modo que la protección á las artes apareciese en forma equitativa para todas las aptitudes y aspiraciones de la gran colectividad nacional, en lo que revela aquel Gobierno, un criterió" administrativo y tacto político que da un concepto admirable de su sincera tendencia al progreso social: Nuestros artistas han mostrado, en estos últimos tiempos, que no carecen de inspiración para el arte religioso; (1) López,' Esquivel, Madrazo, Rivera, Rosales, Sanz, Domingo, Ferrant y algunos más, han revelado en sus obras que en los pintores españoles es ingénita la fáoil representación de la belleza moral, y llegamos al término de esta digresión, porque al tratar del último cuadro del señor Gómez Moreno ha de resaltar el concepto que tenemos de lo qne debe ser el arte clásico cristiano. Por algunos ha de considerarse atrevido nuestro juicio que lo emitirnos con la más sincera conviecion. . El «San Juan de Dios» es la síntesis de la pintura religiosa, por reasumirse en él todas las condiciones que exige la doble cualidad de pertenecep á los dos géneros más elevados del arte; el histórico y el religioso, que reunidos dificultan su representación por entrañar dos elementos opuestos de realismo é idealismo, dualidad que requiere en el artista aptitudes diversas. ' En este notabilísimo lienzo se ve al ppti en plena posesión de esa admirable facultad del génio que da expresión visible á la belleza' moral, sorprendiéndola por intnuicion en las elevadas esferas donde solo se percibe con los ojos del alrfk. No es fácil dar idea de la encantadora sorpresa que produce la coníemplacion de aquel semblante del Santo, embellecido por los sublimes sentimientos del dolor, de la caridad y de la fé. El viejo desnudo' que lleva en los brazos es un prodigio de verdad, de dibujo y de color En la sábana que lo envuelve se han vencido con gran maestría las dificultades " . . . •. i'. , • b wufiff&3 éíignnl js' (I) Entre todas las celebridades que citamos, no han llegado á treinta los trabajos ejecutados por iniciativa del Gobierno y corporaciones en igual, mimero de años; en cambio Francia en el trascurso de uno.solo, el de 1876, mando hacer sesenta y nueve cuadros y siete esculturas para decarar templos; v es digno dé tenerse en cuenta que los adquiridos para adorno de monumentos civiles, estuvieron en la proporción de un sesenta y ocho por ciento de los religiosos, prueba evidente que su régimea polítieo. más que refractario al sentipaiento católico, tiende ¿ que presenta aun ¿ los grandes maestros la transición, de un foco blanco brillante entro masas oscuras de color. El pobre ijiíé se apo: ya en el brazo de Jalfi^uraJ)r¡nc!paivrecuer, j| on su ^líücil'.íiscorzQ las figuras en que, .Buonarotti imprimía con su atrevido pincel vida y movimiento. El. niño que poseído de horror quiere huir y que al mismo tiempe siente una fuerza de irresistible atracción hácia el Santo, es un precioso detalle .que da accion real á aquel | hermoso grupo tan grandioso por'la sublime sencillez de su composición como per los afectos del órden suprasensible que laten en él. El estilo en este lienzo es franco sin la afectación de ciertos artistas modernos, que intentando dar forma indecisa á las lineas y notas de .cíaro-oscuro para expresar el movimiento á la manera realista del gran Velazquez, incurren en el grave defecto de presentar lo que constituye la apariencia plástica, sin detalles ni luz y aún sin contornos, dando un resultado contra-produceníe al efecto que se proponen obtener. , Algo debemos indicar sobre un detalle que da la medida de lo que ha alcanzado en el conocimiento del arte pictórico el Sr. Gómez Moreno. En el último término del lienzo se ve una mujer jóven, casi desnuda, que liuye del fuego, pintada con tal delicadeza que á pesar de su verdad no tiene un solo punto de contacto con el realismo censualista, refractario á las ideas que deben inspiraresta clase de obras. Se ha dicho por algunos que este cuadro carece de expresión hien definida en las actitudes que deberían revelar el movimiento relativamente acelerado de personas que huyen de un peligro. La manera de representar este episodio ha debido ser de grandes dificultades para el artista, que en nuestro concepto han sido superadas. Medítese un instante sobre el momento en que aparece la acción y se obtendrá la certidumbre de que es perfectamente natural. El santo baja con la lentitud propia del que debilitado por constantes privaciones, hace un esfuerzo supremo para sostener on los brazos un peso que no está en relación con su vigor físico. Por esto se observa el cansancio de sus fuerzas en el estado de laxitud del brazo derecho. El enfermo que se apoya en él, le , detiene por la dificultad que patentiza su cojera, evidentemente demostrada con los vendajes que le cubren el pié derecho. Esta acción, tan hábilmente trazada, se justifica por* completo con la actitud del niño que revela su impaciencia al querer adelantarle notando los obstáculos con que el grupo lucha para libertarse delsiniestro. En esta magnífica obra ha dado á conocer su autor la posesión de esos secretos deí arte que solo alcanzan los grandes, talentos. El alemán Gebrardt, pintor especialista en el género y que goza actualmente una merecida reputación, muestra en .sus cuadros religiosos cierta inclinación al estilo del renacimiento de aquel período en que conservaba reminiscencias del gusto gótico, de lo que resulta un idealismo amanerado. El célebre Bonnat, primer pintor antropoteista de Francia, ha seguido "las tendencias realistas á qua se inclinan algunos artistas de la escuela española del siglo XVIÍ. Ambas celebridades por caminos diametralmente opuestos se alejan de lo que á nuestro juicio debe ser el supremo fin del arte. El Sr. Gómez Moreno ha demostrado en su | cuadro del San Juan de Dios, que el verda- | dero progreso, el ideal á qim debe aspirarse es la unión del realismo de la forma con la expresión de los afectos del aima^ó séa ' una jH«laifioiwbitip!C!ion entré el sublimé' idoalisnW d:e FWty ' An'g^ríico y la perfécta I írealid ad del Españólelo. Sin temor á que se nos tache de pesimistas, creemos que en el arte moderno se observa una visible decadencia, porque dominando el género de costumbres en su expresión más pueril, no se inspira en la esfera del sentimiento con lo cual, más que arte bello y noble, merece la califiéacion de arte decorativo; siendo tanto más lamentable esta tendencia cuanto que dentro de la representación de escenas de la vida real, caben asuntos que hagan sentir al espíritu. La mayoría de las obras- contemporáneas revelan habilidad, ó á lo más, ingenio en sus autores; pero rara vez talento sólido y elevación moral. Hoy casi puede asegurarse que las bellas artes, en general, son la manifesta cion del estado moral, político y religioso de los pueblos que las cultivan, y podrá decirse que revelan un estado de transición. Se nota cierto impulso favorable én el arte dramático, la poesía y la música por que viven á expensas de esa ' gran .colectividad que representa la ciencia, el comercio, la industria' y el trabajo que constituyen en todos los países laclase media de donde brota el aliento que les dá vida. Las artes gráfica y plástica, ó son protegidas por los gobiernos y las corporaciones, ó descienden á ser la expresión de un arte suntuario representativo del gusto peculiar que le imprimen las clases favorecidas por la fortuna que solo ven en el cuadro un objeto cuya costosa adquisición dá la medida de su opulencia y t(ue viene á dar el triste resultado de que se reduzca á un inonopolio provechoso para ciertos pintores privilegiados, que una vez obtenida cierta fama llegan á cotizar sus firmas con abstracción completa del mérito intrínseco de sus obras. Hemos hecho una descripción de los tres últimos cuadros del Sr. Gómez Moreno. En el primero se vé al artista que lucha; en el segundo al que trabaja y vence y en el tercero al qu(? ya no lucha por que posee el pleno .conocimiento del arte que ha llegado á dominar. Nuestro compatriota nos hace ver que el género Clásico no ha muerto, porque en él vive el génio como foco de luz que todo lo ilumina. En Za hcíura de la carta es como tibio reflejo que esparce en el alma la dulce impresión de esos misteriosos afectos de la vida interna. En el de. la Salida de la familia de Boabdil, episodio histórico que- alumbró la luz del sol un solo instante, la del génio lo ha iluminado por un período de tiempo tan duradero como la vida de algunas generaciones. En el San Juan de Dios, es el rayo de luz de misteriosos cambiantes que penetra por los matizados vidrios de la ventana ojival de esas aéreas construcciones góticas, en que el sentimiento del arte cristiano dá á la tosca piedra la forma de una sublime y eterna plegaria. Diremos, para terminar, que las dos últimas obras prueban el caudal de conocimientos adquiridos en la capital del mundo . de las arles. Allí ha formado ese justo conocimiento de la belleza de la iforma ante las estátuas griegas de Fidias, Praxileles y las del arte románico que encierran las galerías del Capitolio, extenso centro de modelos antiguos en el que figuran divinidades del gentilis mo, sábios de Grecia y Roma, emperadores.