n 5 r, 5 ífríQTCIiíí'JO AÑO. I PRECIOS DE SÜSCRICION. En la "'.apila!, un mes l'BOpesela^ Fuera de ella, irimesíre. .... .5'00 „ Exirangero.. ....... . .9*00 » Número airasado 0'25 » Granada, 29 de Agosto de 1890. REDACCION Y ADMINISTRACION, Hospital de Santa Ana, 1- TELÉFONO ¡NtJMEB.O 253. Somos pequeñísimos, tanto, que nuestra pobre pequenez nos dá atrevimiento para dirigirnos al Estandarte . El cual, como furia escapada del averno, sale vomitando lava ardiente, despidiendo ' de su boca tanta rabia que no parece sino que en su pecho se esconde la cólera de Satán. Bien se explica que su artículo del 26 está inspirado en la soberbia desesperada de su jefe. De su jefe que es el hazme reir de todos los españoles, mejor dicho, que es el punto en que está reconcentrado el odio y el desprecio de todos los españoles. ¿Queréis, miserables, alcanzar el poder por medio de intrigas vergonzosas, después de vergonzantes imploraciones y pretendéis después de haber engañado al país, alcanzar la amorosa popularidad en que descansan los hombres honrados? ¿Intentáis apropiaros con horrible hambría de la mesa del presupuesto, devorar hasta la última migaja, tragar con ansia animal todo cuanto al país podéis sacarle, chuparos al país mismo, y luego queréis que este país pague vuestras bondades vitoreándoos por esos mundos que asoláis con vuestra impura planta? ¿Os burláis ciegamente de los derechos de ese pueblo que os tolera en vuestro pedestal fantástico, y queréis después que premie con aplauso vuestro sarcástico desdén? ¿Ensangrentáis las calles de las ciudades españolas con vuestras insensatas medidas de salvación y exigís más tarde que se os alfombren con hojas y flores? PRECIOS DE LOS ANUNCIOS. En cuarta plana, 5 céntimos línea.— En tercera plina, 2b. — En primera y segunda plana á preciosco. v nc onales.—1 •(.mullicados de i á 100 poseías linea ;i juicio del Director. Pago anticipado. Número atrasado, O'Tó cén'imos. fl1 ppZW^X \:ÍÍÍÍ NÍLM. 29. ¿Encarceláis imprudentemente periodistas y obreros, y deseáis que se engalanen las rejas y balcones con trofeos y colgaduras? No lo intentéis. El que vive de la perfidia, de la traición, de la intriga y del miedo infame, no puede presentarse ante el país que trabaja para sostener con el sudor de su fronte sus lujos descarados, y debe meterse en un rincón á ocultar sus vergonzosas mañas. El que infama y deshonra la patria vendiéndola y engañándola, debe huir para siempre de la mirada de los hombres honrados. La patria lo maldice. ZIG-ZAG. Hablando del cabildo municipal dice La Coalición, de Motri': ("Por cierto que vimos en la sesión un dotalle que no nos disgustó. . Por orden do la presidencia no se encendió más luz que un quinqué.» Lo comprendemos. En la administración española hay siempre pocos quinqués. Por<|UOtoda luz ofende la vista. Es mejor trabajat á obscuras. Pues si hubiera claridad.... j(/Omo estarían los presidios! suelto anterior es del periódico ministerial perpetuo. Es decir, de La Correspondencia. Y cuando ellos lo dicen.... Do El Guipuzcoano: «¡Caballero, eche usted dos cuartos!» ¿Pero hombre, tan perdidos andan ustedes? ¿Qué dote llevan á la boda? «Noticias oficiales recibidas ayer, confirman la de nuestro coraesponsal, de qne su majestad la reina irá á Bilbao por mar si el tiempo está bueno, con lo cual so evidencia güe S. M. no hace el viaje como de incógnito, á pesar de lo quo han dicho algunos periódicos. Si la reina no permanece en Bilbao más que horas, es porque no tiene casa don le descansar, ni nadie se la ha ofrecido, ni en realidad la hay para recibir (i S. M.y> Advertimos á nuestros leclorcs que el «Anoche comieron en Crislinaenea los generales Loma. Rodríguez Bruzón y Henestrosa; los condes de Mayorga, D. Adolfo de Urquijo, hijo del Sr. Martínez de las Rivas y otros conocidas personas de esta ciudad.» Y loque pensarán los maestros de escuela. ¡Quién pudiera decir lo mismo! Pero ¡qué bueno viene El Estandarte del día 26! Vean uetedes los primeros párrafos: «El conspirador Sagasta. Los que están dejados de la mano de Dios hasta el extremo de haber perdido el juicio, son los sagastiuos y sus auxiliares, porque lo que están haciendo, el espectáculo vergonzoso de despecho que ofrecen ante el país, moviéndose do aquí para allá y en la dirección que va la Corte para poner obstáculos al gobierno en su camino, eso solo ha podido ocurrírseles á los que, saturados de vanidad y soberbia satánicas, llegaron á creerse - ¡estúpidos! —dueños absolutos del país y do la regencia para su uso exclusivamente particular." ¿Eh? ¿Qué t, a. 1, tal? Si este no es el lenguaje propio de los que se llaman los hombres del orden, quo venga Dios y lo vea. Pero continuemos; «Las licencias indecorosas quo so permiten hoy los sagastinos es género nuevo brotado de la situación famosa de las inmoralidades de todas clases y del predominio de los Pepes hueveros.» Más vale dejarlo. Porque va á ser necesario taparse las narices. ¡Que atmósfera! Y el mismo periódico llama al Sr. Cánovas «el verdadero hombre liberal, de orden y j us Licia » Y todo porque se acuerdan de Zaragoza, Sevilla y Madrid. A. pesar de esperar el espectáculo tristísimo de la Junta del censo, nos causó sorpresa, é indignación. El resultado superó á las desconsoladoras esperanzas. Allí vimos brotar con cínica vergüenza el irritante privilegio, y allí se coaligaron los partidos monárquicos para agarrotar el sufragio, y poner una mordaza á las reclamaciones justas y á las peticiones legales. ¡Brillante jornada! La ley interpretada á capricho; las reclamaciones justas, desestimadas antes de que se conocieran los fundamentos en que pudieran apoyarse; rechazadas . por falta ele prueba varias inclusiones do republicanos, y aprobadas poco después otras de posibilistas que llevaban idéntica documentación; acallada la verdad, é impotente el derecho ante la fuerza brutal del número en las votaciones. Lo que se hizo el día 22 en el Ayuntamiento, fué una indigna farza impropia de hombres sérios, y de partidos formales. Se jugó con lá sinceridad, y se burló á la opinión sensata que tenía derecho á esperar otra cosa. Se burló sí, porque en lugar de brotar el derecho, nació la arbitrariedad'; se burló, sí, porque en vez de apoyar lo que era justo, se desestimó, y se admitió lo que á todas luces se debiera haber rechazado; se burló á la opinión, sí, porque en vez de votar cada cual lo que creyera conveniente se necesita- ..— T.....ili.„l..i.Miu^ ...i..— — n^^. ALVAlíEZ DURAN. 147 155 LA MANO 'NISGRA ALVAREZ DURAN. 50 de los del Temerario, viendo el buen éxito con que su compafiero había llevado á la joven, se adelantó pira arrastrar también á Angela de la mano. E^la, que estaba de rodillas, en lugir de ceder se abraza á la de Pablo exclamando: ¿que me maten,' pero que no me lleven de aquí!... Al abrasarse á Pablo, Angela le asió también Impremeditadamente la mano en quo tenia la pistola para defenderla; pero el joven mestizo empuñó al marinero por la garganta con la mano izquierda. Oprimiéndole con violencia lo dejó caer privado de sen ido sobre la balsa, sin necesidad de que Domingo emplea.ia su hacha contra él. Angela tenia además sobre la balsa quien supiese defenderla mejor. Viendo la desconsolada madre el peligro que corría su hija, prorrumpió con voa afectada, pero con acento fu me, (-lii igiéndose á les del Temerario. ==SI lo que queréis son dos rnojores á proa las tendréis. Y con paso que procuró babee seguro so traspuso á espalda de los marineros ántes de que Pablo y Domingo quo no adivinaron su intento pudieran Impedirlo. Acababa de sacrificarse por su hija.... Era madre... Al ver este noble sácrjflolo Pablo y Domingo trataban de avanzar para rescatarla, pero !a viuda de Ulloa señalando 4 su hija les gritó con acento angustioso: — ¡Sálvese ella!:.. — Muchach -s, dijo el carpintero. Ellas misma se vienen á nuestras manos, vedlas ya á mitad del camino, entre popa y proa. — Abrasaré la entrañas al primero que se acerque á tocarlas, gritó Pablo apuntando con otra pistola. Partiré el cráneo al que dé un paso, exclamó Domingo. — Cuidad m s os toque antes morir, prorrumpió el carpintero, fs'o hay apelación; ó dos mujeres pasan á proa, ó avanz irnos para traémolas á las cuatro. En medio de aquella escena solemne por el peligro que corrian todos y por el valor de aquellos bandidos de mar que despreciaban las armas de fuego, á trueque de recoger el fruto de su desraoralizanón, se oia el clamoreo de las mujeres sobreponerse á las imprecaciones de los hombres. El marinero francés, con intrepldéz bastante para dor á su voz una inflexión dulce melosa y con ¡a sanare fria que necesita el qua tiene una pistola al pecho á tres pasos de distancia, lomó de la mano á la graciosa sirvienta que no osando resistir se dejó llevar maquinalmente. Mirad que ojos tan hechiceros, dijo á sus camaradas, qne en un abrir y cerrar de ojos dejaron á la joven á su espalda. La docilidad de la sirvienta y la pronütud de los marineros, impidieron que io evitasen los del Alerta. Uno hnbiérais concluido la balsi á tiempo Nos deajasle embarcar con nuestro machetes porque no os juzgabais b islantes faenes para arrancárnoslos. Contra ellos os resgoard&steis con armas de fuego." Después que entramos á boi'iio destinasteis para vosotros la popa, excluyéndonos de ella, y aun cwando entre los nuestros habla un piloto, os hicisteis cargo del rumbo y nos entregasteis el remo. Sin consultarnos, os híolsleis jefos de aquellos que no se habiau sometido á vuestra ley por necesidad, y á quienes no pedias imponérsela por la fue za. Nosotros hemos obrado también de mala fó, es cierto; hemos querido sorprenderos cuando descansabais confiados. Habéis sido los mas diestros, c mo antes fuisteis los mas osados. No se trata ya de una sorpresa, ni de una traición. Estamos frente á freute para combatir cuerpo á cuerposmas no podemos salvarnos unos sin los otros; Vosotros necesitáis de nuestros brazos: nosotros por muerte del piloto necesitamos quién nos señale y lleve el rumbo. Por el interés de lodos suspendamos la-? hostilidades, pero sea de común acuerdo y que se haga ante todojun reparto igual. =¿De que tenéis que quejaros? D;jo Pablo. ¿Ha sido vuestra ración de víveres peor que la nuestra? r^Sonriéndose con ironía respondió el carpintero. ==A. popa tenéis cuatro mujeres prisioneras del Temerario. Si antes las respetamos fué porque lo manda-