En justa defensa de los Minos VINOS DE lEREZ Hoy el vino de Jerez, el genuino vino de Jerez, el criado en las albarizas que producen la preciosa uva llamada palomino, es, más que un vino para recrear el paladar, una medicina grata y segura contra ciertos estados de anemia y agotamiento, depresión de ánimo, tristeza y neurastenia, enfermedades hoy dominantes en todo el orbe, por el vivir agitado y ansioso que imponen las especiales condiciones de la febril vida moderna. Es, pues, forzoso distinguir entre vino y vino, y por modo alguno deben las naciones ni sus Gobiernos poner obstáculos de ningún orden a que en la mesa de todos los ciudadanos, sujetos hoy por ley fatal a aquel desgaste excesivo que se deduce del enconado combate por la vida, figure el delicado compensador de las perdidas energías, el que conforta y alegra el ánimo, serena el corazón y la mente y los hace aptos para continuar con ventaja el despiadado batallar. De todo punto indispensable es atemperar los preceptos legislativos de nuestra nación a lo que demandan la justicia y los sagrados intereses de la producción nacional, puntualizando las definiciones, base de los impuestos, y el exterior, salir al paso de la nefasta campaña que bajo la bandera de Ley secc? realizan los ridículos propagandistas de un principio moral falsamente exagerado, sin olvidar tampoco que como primer elemento de defensa hay que oponer la verdadera genuinidad del producto, persiguiendo implacab'emente las imitaciones a fin de que al solo nombre de Vino de Jerez sea en todo el mundo, como lo fué un día consagración incontrovertible de bondad, legitimidad v pureza. Con ello y con una actuación documental irrefutable ante los Jefes de aquellos estados que más se significan en su injustificado veto y aquellas otras que por espíritu de imitación las secundan extremando las agravaciones arancelarias sobre el salutífero néctar jerezano, conseguiremos llamarla atención primero de los Poderes públicos y de los ciudadanos perjudicados por la prohibición, y segundo promover seguidamente la reacción vindicativa que es de justicia. Con datos itrebatibles y firmas de máxima autoridad, nos dirigiremos insistentemente a los Poderes públicos de todos los países haciéndoles patente la exactitud y virtudes medicinales del vino de Jerez, genuino y el deber que tienen de no clasificarlo en la escala general de vinos y licores solamente estimulantes por su mayor o menor graduación alcohólica. B. Poli.