% 3 do la Virgen do la Sierra PRECIOS DE SUSCRIPCION En CABRA, un mes O'SO ptas. Fuera trimestre, 2'25. Semestre, 4'50. Un año, 9, Extranjero, 12'00 pesetas. Se publica los días 7t 17 y 27 de cada mes Cabra, 7 de marzo de 1942 Dirección: Comandante Silva, 17, Administración; Héroes de la Virgen de la Cabeza, 5, donde se dirigirá la correspondencia. Los autores son responsables desús escritos. Núm. 1418 La Demión a la Virgen de la Sierra ea el jioeDlo de Zuheros Con la elocuencia irrebatible de los hechos, muestran su amor a nuestra Virgen bendita los moradores de este pequeño pueblo, situado en las estribaciones de la montaña donde tiene su morada nuestra amada Patrona; como que se sienten postrados a sus divinas plantas y amparados por su manto protector, continuamente y en prueba de gratitud cada día aumentan los suscriptores al periódico y constantemente se reciben importantes donativos, que a la vez demuestran el celo y fervor del devoto Síndico de este fervoroso pueblo D. Serafín Tallón Poyato. La lista de donantes que sigue es continuación de la publicada en el número 1406, segunda que recibimos de tan piadoso pueblo que la Virgen bendice con sus favores. D. Antonio Romero y Romero, don Rafael Poyato López, don Aurelio Poyato Rivas, 10 pesetas cada uno. D. Antonio lides Trillo, don José Padillo Mesa, doña Rafaela Mesa Rodríguez, D. José Jiménez Gómez, don Aurelio Arroyo Poyato,doña Carmen Uclés Camacho, don Antonio Ortiz Romero, don Rafael Romero y Romero, don Francisco Zafra Poyato, a 5 ptas. D. Antonio Arroyo Cantero, don Antonio Poyato Zafra, don Eduardo Poyato Zafra, don Manuel Córdoba Bendia, don Manuel Fernández Romero, don Antonio Poyato Romero, don Isidro Gómez Sabaríego, D.a María de la Sierra Romero y Romero, a 2 ptas. Doña Sierra Rivas Luna, doña Sierra Camacho Roldán, doña Pilar Roldán Pérez, doña Rafaela Ortiz Camacho, don Carlos García Ruiz, don Antonio Poyato Arrebola, don Miguel Romero Tallón, don Francisco Arroyo Camacho, doña María de la Cruz Sabariego, doña Josefa Moreno Barba, doña Carmen Sabariego Zafra, don José Poyato Pérez, Srta. Josefa Moreno Porras, don Antonio Romero Expósito, doña Encarnación Uclés Camacho, don Manuel Guijarro Guijarro, don Rafael Rodríguez Arroyo, don Pedro Vallejo Mérida, don Manuel Arroyo Osuna, don José Guijarro Camacho, doña Emilia Arroyo Moreno, doña Mariana Porras Salamanca, don Antonio Pozo Cañete, don Francisco Zafra Arroyo, D.a Carmen Arroyo Cantero, don Jacinto Ordóñez Bar* ba.don Gregorio Padilla Camacho, don José María Poyato Rienda, don Manuel Sánchez Córdoba, don Manuel Cantero Romero, don José Sabariego Zafra, a 1 peseta. D.a Antonia Poyato Zafra, don Francisco Pérez Poyato, doña Carmen Gómez Pérez a 0'50 ptas. Lágrimas de mujer Las lágrimas de inocencia son de la niña en la aurora el rodo que avalora el candor de su existencia. En la edad en que el rubor las ilusiones exalta son perlas con que se esmalta la diadema del amor. Y cuando la fría calma da a la ilusión sepultura son el bálsamo que cura los desengaños del alma. Bendita la exceltitud ' de un llanto tres veces pío; bálsamo, perlas, rodo, consuelo, amor y virtud. Ramón EscaSada al Brillaba en sus ojos la fiebre; atenazaba su pecho ansia de vivir, con la angustia de cercana muerte, y aún decía: ¿Verdad, Dr., que no me muero? Si Ud. no -estuviera aquí, si se tarda Ud.,sí que lo creería, pero como está Ud. a mi lado, no moriré; ¿verdad, Dr.? .... Y sentía en mi pecho el contradictorio placer de su consuelo en mi presencia y el rabioso dolor de no poder... y sonreía por encima de mi tristeza y afirmaba por encima de mi conciencia con ese caritativo mentir a que con frecuencia nos obliga el deber profesional;.... y mi corazón latía febrilmente, sin contagio de la fiebre que consumía a mi enferma. Ud. es mi padre, déme Ud. un beso,.... y junto al lecho lloraba su padre; y no era a él, al que la hija adorada de su corazón se dirigía... Ud. es muy bueno, Dr., se ha portado muy bien conmigo; cuando yo esté en el cielo pediré por Ud..; decía la niña; y el padre, anegado en lágrimas, ansioso me inquiría con su mirada y me acosaba: ¿Qué pasa, Dr? Llame urgente al sacerdote.... y la niña repetía:.,.. Déme Ud. un beso, Dr., Ud. es mi padre, Ud. es muy bueno, muero tranquila, está Ud. a mi lado.... Dolor excelso agitaba mi corazón... Soy bueno, pero impotente para pagar esa sublime fé que me agasaja con su reconocimiento; la ciencia no alcanza a corresponder a esa fé que salva el alma; mas no siempre el cuerpo Don..., sálvame, hombre;., ponmé otra inyección;., quítame este ahogo;... estáte aquí conmigo;,., no te vayas;... mientras te veo parece que la disnea es menor Gracias, amigo D..., si no es por tí me muero esta noche... no se si me han hecho más efecto las inyecciones o tus palabras, tu presencia, tu serenidad, tus afirma. cienes;... ambas cosas han sido medicina para mí Ya estoy bien... sólo siento la mala noche que te he hecho pasar... perdóname hombre ¿Qué te he de perdonar? ¿No es suficiente paga tu gratitud? ¿No tengo la satisfacción de que el mismo Dios me inspiró para curarte?... Sacerdote, al fin, Dios se digna bajar a nuestra mente para consuelo y alivio de los que sufrís, como a las sagradas manos del que celebra el santo sacrificio. ¿Qué más puedo esperar ni desear aquí? Placer inefable que brota como miel, de la acritud del dolor y del intrincado laberinto del padecer y sufrir...... ¿Por qué hay quien niegue a Dios?... ¿No véis como Dios es todo? Placer y dolor, sacrificio y cruz, muerte y vida, y aún el odio que envenena, suele ser otra cosa que prensa, para exprimir las gotas sublimes y santas del martirio? Mirad a Dios ... Y así pasa la vida el Doctor, junto al lecho del dolor... Franeisco 4 f TERCER ANIVERSARIO Roáad a Dios en caridad, por el alma del señor Que falleció en Cabra (Córdoba) el día 9 de marzo de 1939, habiendo recibido los Auxilios Espirituales y la Bendi-' ción de Su Santidad. D. E. P. Su director espiritual D. Antonio Peña López; su Viuda Z).a Carmen Manchado Peña; sus hijos D." Antonia, D. Luis (ausente), D. Juan y doña Carmen; hijos políticos D* Mercedes París {ausente) y D.Juan Romero; nietos, hermanos políticos y demás parientes, al recordar tan dolorosa pérdida ruegan a sus amistades una oración por el eterno descanso de su alma. Todas las misas que se celebren el próximo día 9, en las Parroquias e Iglesias de esta Ciudad, serán aplicadas por su alma. El Excmo. Sr. Obispo de Córdoba se ha dignado conceder indulgencias en la forma acostumbrada por cada misa que se oiga o acto de piedad que se aplique por su alma. UNA CARTA Sr. D. Manuel Mora Aguilar Cabra Muy Sr. mió: Por giro postal remito a Ud. 15 pesetas para la suscripción del periódico «La Opinión», que tan dignamente dirige. También va en eso incluido el pago de la cuota de hermana de la Santísima Virgen, que creo me habrá Ud. incluido, como se lo decía en una de mis cartas, porque es, que no he visto que figure mi nombre en las listas que se han publicado en el periódico. Hasta ahora he recibido con mucha irregularidad el periódico, y algunos números no los he recibido; por eso será que no he podido ver mi nombre en las listas. También le quiero advertir que estoy pronta a ayudar, con mis medios económicos, a todo lo que sea para engrandecimiento de nuestra bendita Virgen de la Sierra, así como también de su histórico Santuario de la montaña. Despidiéndome de Ud. mande como guste a su afema Felisa Panlagua de Hernández N. de la R.— Es altamente satisfactorio para nosotros recibir la anterior carta de esta señora devota, que vive en Tetuán (Marruecos) y que es devotísima de nuestra Excelsa Patrona la Virgen bendita de la Sierra; bienhechora- de su Santuario y protectora de su , periódico. Porque se trata de un acto de . devoción y de fe viva de una señora piadosa, ausente, que ocupa un puesto de honor en el amor a la Virgen de la Sierra. Pero además, nos hallamos en presencia de un caso calificado de inspiración sobrenatural en que in- - terviene sin duda, un superior ordenamiento. En efecto: D.a Felisa Paniagua de Hernández, no es de Cabra, , nunca vino a esta población; tampoco conoce a la Virgen bendita, ni arribó por los recuestos ásperos de la montaña, en visita al arca simbólica de la Fé. Y sin embargo, profesa amor férvido a la Santísima Virgen de la Sierra, y desde Tetuán, donde vive, le reza, suplica, pide y obtiene por su intercesión soberana favores y gracias. ¿Cómo sería posible, sin inspiración divina, que esta señora piadosa, sea devota de una Imagen que no ha visto, ni bienhechora dé un Santuario que no conoce porque no le ha visitado? llnspiraciónl ¡espiritualidadl jsobrenaturalismol ¡ahí los incrédulos, los materialistas; aquellos que todo lo quieren explicar por la evolución de la materia. Que hallen explicación adecuada a ese módulo que salta de las fuerzas de lo natural y de lo corriente en esta vida, sin levantar la mirada hacia lo suprasensible y ultraterreno. Lo que no es natural, hay que investigar las causas en las altas esferas de lo sobrenatural. Aquellos sucesos que rebasan los linderos de lo que es humano y corriente entran, y hay que buscarlos, en las esferas de lo suprasensible y de divino ordenamiento. Es esto lo que ocurre con el caso de esta señora devota, que vive en Tetuán (Marruecos), que sin haberla visto, es, sin embargo, devota de la Virgencita de la montaña de Egabro, bienhechora del Santuario y protectora de La Opinión, periódico de la Virgen de la Sierra.