0o UV Número 18.442. FranqUco conccrtado# DIARIO DFMOCHATICO DE LA MAÑANA GRANADA. Viernes, 18 de Octubre de 1935. En eS Salón cíe actos éé la Filarmónica Granad! dió anoche una maravillosa conferencia sobre la EXPLOTA EL INGENIERO JEFE OE OBRAS PÚBLICAS JUAN JOSÉ SANTA CRUZ • ' ^ ^ ^» ^ ^> %t^l»* DOS ESCUELAS QUilí LANGUIDECEN La de Comercio y la de Trabajo Cuando ya creíamos solucionado el conflicto que creó la implantación de la Kscuela de Comercio, por la carencia de medios y por tantas diíicultades de oraen interno como al principio surgieron; cuando suponíamos a ese centro culiaral en marcha progresiva, llenando ei fln que le es peculiar y sin preocuparse del futuro, asegurada su subsistencia oficialmente, nos encontramos con que a la Escuela de Comercio la asfixia una situación caótica, desordenada, a pique de dar al traste con ella. Los padres de los alumnos de esa Escuela acaban de celebrar una asamblea, temiendo por la estabilidad de la misma y acordando, entre otras cosas de me'i ñor relieve, si que también interesantes y acertadas, pedir al Ministerio de Instrucción pública una subvención de cincuenta mil pesetas, a fln de que, definitivamente ,1a Escuela de Comercio pue'de encauzarse y vivir sin sobresaltos. Kan salido a relucir, en esa asamblea, vergüenzas y descréditos que no consignamos otra vez, por no airear más las faltas de Granada y por no proclamar que las ayudas oficiales, obtenidas en todas partes con poco esfuerzo y más suerte, son para nuestra capital verdar deros montes que ninguno de los que obstentan con escasa fortuna el dictado de valedores de la ciudad tiene fuerzas para allanar. Resulta que no se ha pagado aún ni siquiera al industrial que hizo los muebles para las aulas de la susodicha Escuela. Excusamos reafirmar la sorpresa mayúscula que esto nos proporciona. A nuestro juicio, esos muebles debieron ser Pagados ya, si no del fondo oficial, del ■bolsillo particular, del que los encargara sin saber si iba a poder atender luego ia factura, porque con algo ha de demos Ararse la rectitud en las actuaciones y en los cargos; y no hemos de decir que primero que se pague ahora deben ser tales efectos. Sin embargo, no es la Escuela de Comercio solamente la que debe preocuparnos. Hay en Granada otra Escuela interesantísima asimismo, por conseguir cual se batalló igualmente, y que no ha empezado todavía a actuar, por falta de emplazamiento, por la carencia de instalación, dificultad que no se vence ^ada la tradicional incuria de los granadinos, y, princpalmente, de quienes Por los granadinos tienen obligación do velar. Nos referimos a la Escuela de TraNo, cei.tro de enseñanza de no menor necesidad que el primero citado, y que muchas veces se afirmó que se instalaba en la Gran Vía, en el edificio que noy ocupan las fuerzas de Asalto, hasta 61 Punto de haberse dado, para hacerlo ^í» las órdenes pertinentes. ¿Y por qué no se cumple ese acuerdo? ¿Quién o qué lo impide? ¿Por qué no funciona la Escuela de Trabajo? Granuda tiene mal sino en varias co^as y la enseñanza es una de ellas. Se y no se ha acabado la Normal. Se creó un «Instituto Ganivet» y se suprim<> luego, tan errónea como caprichosamente. Se logró la Escuela de Comercio' a fuerza de incidencias, iñeluso en medio de disgustos personales, y ahora no puede vivir. Hay conseguida otra Escuela do Trabajo y ni la Escuela ni el írabajo parecen. ¿Cuándo llegará la hora de cambiar |a suerte de nuestra ciudad con una aclnación vigilante, celosa y práctica? cNunca? No queremos sospecharlo. Lo Preciso es que suene cuanto antes. Cómo se formó el macizo penibético.— Sin las montañas no existiría la vida.-Las cumbres deben ser las rutas de los pueblos.-Sus riquezas minerales, sus aguas, su repoblación forestal, sus atractivos turísticos, incomparables.— Las fantasías de Fernández y González. — Granada será con la Alliambra y Sierra Nevada el lugar más importante del mundo. PASTILLAS VICHY-ETAT COiÉA Ei ACTO El salón de actos de la Filarmónica Granadina, se vió anoche honrado con la presencia de don Juan José Santa Cruz, ingeniero jefe de Obras públicas en la provincia y montañero entusiasta, que iba a tratar, según estaba anunciado, de uno de sus temas predilectos: del tema que hoy constituye la más fundada esperanza de Granada, si el entusiasmo colectivo no decae y todos sabemos aunar el esfuerzo: de Sierra Nevada. Acerca de la explotación de la Penibética versó la conferencia del señor Santa Cruz, que en el título calificamos de maravillosa y que lo fué, en efecto, por la brillantez de los conceptos, por la profusión de citas, por la galanura de la forma y por la labor de estudio que demostraba. El local se hallaba rebosante de una selecta concurrencia, cual correspondía a la calidad del conferenciante, que fué presentado por el presidente de la Filar mónica, señor Carrasco Martín, con unas breves palabras con las cuales le agradeció el haber aceptado la tribuna de la Sociedad para inaugurar el ciclo de conferencias que se propone celebrar dicha ciudad. Acto seguido, se levantó a hablar don Juan José Santa Cruz, escuchando, como saludo, una prolongada salva de aplausos. Comenzó agradeciendo también, por su parte, a la Filarmónica Granadina la ocasión que le brindaba para hablar de la Sierra, entendiendo que ésta constituye el motivo que puede unir a los hombres para realizar fines hermosos y culturales, alejándose de las minucias tan en boga, desgraciadamente, porque es sabido que en las zonas bajas— aludiendo a las de la política— sólo se encuentran rencillas y divergencias, y es precisó elevarse a la altura de las montañas para respirar aires más puros. Antecedentes prehistóricos Hace cerca de veinte años — dice el señor Santa Cruz — daba una conferencia en un círculo muy artístico y Literario, que entonces tenía su sedo en la calle de Reyes Católicos hablan do de la historia Sierra Nevada. Evocaba su nacimiento entre los mares terciarios, su unión probable con Africa, su elevación gigantesca, hermana de la for_ ni ación de los Alpes; hablaba después de cómo- sus nevadas cimas se miraban en dos lagos; ei que cubría la que hoy es la planicie de Guadix y qije se asenta ba sobre lo que hoy es la 9éga granadina; hacia una rápida evocación del momento en que por Loja y por Villanue va se abrían loe desagües del Genil y del Fardes, y luego cómo se desecaban los Jagos, se formaban las marismas, nacía la vegetación, empezaba la vida, y entre las glaciarizaciones comenzaban los hombres a dar señales de vida. Del macizo Penibético me interesaba entonces la forma en que el levantamiento telúrico lo formaba y la escultura que en él tallaban las aguas y los agentes naturales, pero terminaba en el momento en que el hombre histórico se adueñaba del macizo. Han pasado veinte años; la sierra que en su parte más alta estaba como la visitaron nuestros abuelos troglodita*, hoy es algo asequible a la civilización y por lo tanto más que su historia pasa¬ turo y son para nosotros más importantes sus riquezas que no la huella de sus cicatrices. El balcón de dos mares Hace más de cien años, en 1823. cuan do las conquistas de Napoleón y la Guerra de la Independencia atrajeron la atención del mundo hacia España, pu- í blicó un oficial del Estado Mayor francés, Bory de Saint Vincent, la «Guide de Voyageur en Espagne»; para el viajero no interesaba en la Sierra más que el pa norama; Teófilo Gautier, en 1345, no ve | más que colores y matices y aun en toda la época romántica las crestas de Sierra Nevada no son más que el es- ! peccacular balcón desde el que se divisan dos continentes y un mar. ¿Es esto solo Siorra Nevada? He aquí el problema más interesante para Granada. El llano no es fértil sino cuando está cerca de la sierra. La planicie es la muerte porque es la sequía y la falta de fuerza. El desierto es llano. La tierra vive desde hace millones de años porque periódicamente se alzan las cordilleras que la acción del tiempo va desmoronando. El día que no haya montes la tierra perecerá. La montaña representa la detención de las nubes, su enfriamiento y su precipitación en lluvia o j 1 nieve. Significa el depósito de agua que I se filtra o que se mantiene sólida en 1 las cumbres y le licúa peco a poco; es la posibilidad de que las floras de las más > diferentes latitudes se concentren en una superficie pequeña. Los tesoros de la Sierra En la Penibética y en mayor escala en el Teide (Orotava) se pueden hallar desde la violeta de las nieves y la manzanilla, hasta el plátano y la caña de azúcar. El bosque es la típica vegetación de la montaña, detiene la tierra para que no la arrastre el agua de las tormentas, desagrega la roca y la convierte en tierra vegetal y constituye una de las máximas riquezas que puede tener un país. La minería suele ser patrimonio de la montaña. El llano es la sedimentación de arrastres que ya no eran más que granos de polvo y que constituyen capas vegetalmente ricas, pero en las que los minerales están ya incorporados a las formas estables de las tierras. En las rocas que periódicamente emergen se encuentran los minerales en la forma apta para la explotación y a profundidades admisibles para la utilización ¿Cómo se encuentran estas riquezas en Sierra Nevada? La explotación arbó- |rea ha sido abandonada y contrariada | en muchos siglos y hoy es difícil, no imposible, de restablecer, sobre todo en la ; vertiente granadina; en la alpujarreña se encuentran con mucha más facilidad los campos propicios al desarrollo jdel árbol. Es observación curiosa que aun en la parte más alta hay una mayor riqueza en flora en la vertiente mediterránea, lo que se explica por su mejor orientación. Explotaciones industriales E? interesante observar que en la zona de Güéjar Sierra existe un régimen de comunidad con un derecho especial a favor del quejabra una tierra; quizás ampliar este derecho a favor del que plante árboles. En la explotación minera habrá esperanzas si el desarrollo industrial de España crece. Sin hablar de los cotos mi ñeros de Alquife y de Sierra Lujar, hay minas en la Estrella abandonadas y hay cotas diversas en muchos sitios. Es problema de organización y de técnica. Alquife ha hecho prodigios en la carga. Hoy se plantea un punto importantísimo, el de las explotaciones auríferas. Es legendario el Darro como río que da ero. Fernández y González, en sus fantasías novelescas, supone que Alhamar obtuvo el oro para la Alhambra poniendo a los esclavos cristianos a lavar arenas; lo cierto es, y esto lo digo bajo la autoridad de don Manuel Maldonado, que hoy se explotan por los belgas en Africa terrenos de muy escasa ley aurífera, y sería muy interesante llegar a señalar el campo aurífero y su ley, para producir más riqueza. Es necesario en España crear nuevas riquezas, pues nuestro país es pobre. Bellezas y nuevas crienUciones Falta el aspecto turístico que es único. En ningún sitio se liega tan alto en automóvil, pero además en ninguna nación puede el tránsito rodado llegar a la cota máxima del territorio y esto es en un lugar que tiene la fama inmarcesible de su Alhambra, la belleza de su Ge neralife, las ricas perspectivas de su Ve ga y los pintorescos rincones del Albaicín y del Sacro Monte. Estas son someramente indicadas las riquezas de la Penibética. ¿Cómo se explotan? ¿Cómo se aprovechan? Mirando a Sierra Nevada muy distintamente a como lo hicieron Bory de Saint Vincent, Teófilo Gautier; hay que mirarlas como Boissier, cuyo centenario se celebra el año que viene, que investigó las riquezas botánicas de la Sierra; como don Carlos Ibáñez, marqués de Mulhacén, cuyo cincuentenario corresponde a 1941, que vió en estas alturas el lazo de unión de Europa y Africa; como don José Almagro, que rcpuebla los barrancos alpujarreños, que coloca a más de tres mil metros un refugio, y un plantel-vivero en más de dos mil quinientos; como don Manuel Maldonado que callada y tercamente logra dar estado oficial al estudio de los yacimientos auríferos de la Sierra; como don Fidel Fernández, que divulga con las exquisiteces de su pluma los encantos del macizo, o como la Sociedad Sierra Nevada que con sus varios presidentes y con el entusiasmo de sus socios crea los deportes de nieve y atrae de toda España la atención sobre esta cordillera granadina. Se impone el esfuer zo de todos Pero esto no basta. La Sierra es un negocio y como negocio hay que tratarlo. E5 más de la Cámara de Comercio que de ningún otro centro. Como en todo negocio hay que arriesgar capital pa ra tener producto y como en todo comercio, hay que anunciar para vender. Todos los municipios deben contribuir a esta obra de granadinismo; hay que imponer nuestra Sierra por la constancia de la propaganda y yo estoy cierto que si hacemos nuestro deber, los organismos oficiales cumplirán el suyo. ' da un orador único, el profesor Habib Stefano, catedrático de Elocuencia de la Universidad de Damasco. Había do hablar en Granada y para prepararse quiso hacer una excursión. No existía aun la carretera de la Sierra y subimos por la de Guadix hasta los Dientes do la Vieja. A su regreso, en el teatro, con párrafos magníficos, cantó el desprendimiento de las simas que desgarrabam sus entrañas para dotar a la vega, de tierra ubérrima con que producir riqueza. La imagen bolla y feliz es cierta. La Sierra es la madre pródiga que nos da todo el bienestar; élla, desinteresada y magnífica, quiere que seamos aun má-S ricos y felices, por élla y por nosotros he mos de procurar enaltecerla, adernarlai con árboles, decorarla con metales, engalanarla con edificaciones y contar M cantar sus magnificencias; así ella tendrá la grandeza que le corresponde y nosotros seguramente hallaremos irtás de lo que a ella le demos. (El señor Santa Cruz fué varias veces interrumpido por el aplauso de la concurrencia en su discurso, y al final aplau didísimo.) EL CONFLICTO DEL PARO lh vísperas de una tifa de empleos? Resulta inútil soslayar el tema. La falta de trabajo agobia a todos y ocupa el primer plano de la actualidad local. Porque Granada— esto se sabe de sobra —es una de las poblaciones en las que el fantasma del paro muestra más duros contornos. La Oficina de Colocación Obrera, que aquí, como en todas partes, existe, no sirve de nada en absoluto. La afirmación puede hacerse no exagerando la nota, sino dando cuenta de lo que en la realidad ocurre. Verdad es que ese centro oficial tendría campo donde hacer valer sus actividades, si hubiera obras. Sin: embargo, existe el «pequeño» inconveniente de que en nuestra capital nadie trata de mover un ladrillo, ni de dar ocupación de ninguna clase a los muchísimos que la necesitan. Y asi va la cosa. Hay, entre el censo de parados, unos hombres que se desesperan, inactivos. Son los más necesitados de uxi jornal, los que a toda costa quisieran trabajar, de cualquier modo y en cualesquiera con diciones. Estos husmean de continuo al pie de los escasos andamies que en la ciudad se ven, visitan a los contratistas, se entrevistan cuando pueden con los propietarios, no descansan, en fin, y logran enterarse de cosas sabrosísimas. Ayer, uno de esos hombres dignos de mejor suerte nos decía que la última esperanza de los trabajadores granadinos estaba en el pabellón de la nueva cárcel de mujeres, cuya construcción se halla acordada, y el libramiento hecho, aunque las obras no comienzan. Nos dijo que habían acudido allí, con propósito de alistarse, numerosos obreros. Pero la visita ha sido inútil. La cárcel no tiene aún visos de comenzarse. Lo que sí se sabe— así nos lo dijo nuestro comunicante—es que, cuando comience a cons truirse, el trabajo parece que .se va a repartir o a sortear, de un mudo pintoresco. Tres plazas de obreros serán reservadas para cada diputado por esta circunscripción, a fin de que ellos designen a quienes deban ocuparlas. Otras dos plazas se reservarán a cada gestor municipal y provincial, al mismo objeto, y. asi sucesivamente. Por lo visto, nos encontramos ante una rifa de empleos, a cambio de los cuales, los señores diputados y los ges^ tores podrán cotizar sus simpatías, colocando de paso a gente inapta e inadecuada, como suele ser toda la que se em-. plea con recomendaciones oficiales. Creemos que a la contrata de las obras no le resultará esto un dulce, que digamos, porque el que necesita deberá ser