LA OPINION Sobre el castítismo de don fui Valera A la Agrupación «Amigos de Juan Valera>, de Cabra. El tema de Valcra, de don Juan Valera, parece inagotable. Raro es el escritor contemporáneo que no se haya ocupado de él. Ramón Pérez de Ayala, Eugenio D'Ors, Juan Ramón Jiménez, Azorín, han enjuiciado su obra y han destacado aspectos esenciales de ella. Entre nosotros lo más profundo y atinado ha sido el estudio estilístico que le consagró la señorita Luisa Revuelta, catedrática de Literatura del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Córdoba. Uno de los aspectos más interesantes de la obra y del estilo de Valera es su casticismo. Nos referimos, naturalmente, al Valera prosista. El poeta no pasa de hábil versificador. Resulta paradójico que un esteta, como relativamente fue don Juan, fuera al mismo tiempo un casticista. La mayoría de los lectores sienten ese casticismo del mismo modo que lo perciben en los «Rumores de la Caleta», de Albeniz, o en el «Amor brujo», de Falla. Está muy delgadamente hilado. El casticismo de Valera está en el polo opuesto del costumbrismo porque éste es casi siempre un alarde y aquél no alardea: es pura sangre y natural lealtad. «No se ganan, se heredan elegancia y blasón-, escribió M. Machado al frente de sus «Adelfos». Pues bien, el casticismo, que si hemos de creer a Unamuno, es cosa de casta, tampoco se adquiere porque entonces resultaría afectación: o se posee o no. El casticismo le viene al artista de su casta, de la casta de gentes entre las que nació y creció. El que no manifiesta su casta en un descastado. Don Juan Valera se nos aparece como ejemplar perfecto del escritor «enraciné» y castizo. Ahora bien, una virtud tan interior discurre siempre interiormente. De ahí que no se exhiba en localismos, costumbrismos, y popularismos rebuscados. Don Juan Valera fue castizamente andaluz como Santa Te¬ resa fue castizamente castellana. Mucha de la seducción de Valera emana de esa cualidad difícilmente analizable porque radica en la sangre. Pero a la vez que andaluz insobornable fue Valera un andaluz apegado, entrañablemente ligado a su terruño. Todo lo contrario de un escritor cosmopolita. Esto es, lo opuesto a su propia existencia ajetreada de diplomático. [Qué diferente de lo que con frecuencia encontramosl El hombre sedentario anhela el cosmopolitismo. El cosmopolita Valera anhela su Cabra natal, su vecina Doña Mencía, toda la bella comarca, en suma, que recorriera en su infancia y adolescencia. Solo una novela «Genio y figura» despliega ante la fantasía del lector el panorama de las grandes metrópolis europeas y americanas. Pero el resto se atiene a los patrios horizontes y a la gente patria, al lenguaje y a la mentalidad de su tierra, si bien como en Falla, tamizado, cribado, quintaesenciado todo con un arte exigente y exquisito Valera eleva lo andaluz, las esencias cordobesas atesoradas en su espíritu, a rango estético universal. De lo común de su tierra y de sus gentes acertó a extraer esencias de universal humanidad, pero sin traicionar al color, a la locución, a la peculiaridad dialéctica y al estilo de vida propios de esa tierra y de esas gentes. iCon qué tacto y soberana gracia es siempre cordobésl |Con qué milagroso equilibrio mantiene el «ten con ten» entre la categoría castiza y la estética, entre la singularidad más cerrada y la más abierta universalidad! Realmente no debe extrañarnos esa admirable propiedad de Valera que consiste en sugerir inagotablemente con su vida, su obra y su actitud: don Juan Valera ha sido nuestro único «clásico» del siglo XIX. Eugenio Solís Librería y Papelería Manuel Gómez Cordón Imp. CORDON - Cabra FALLECIMIENTOS Doña María de la Sierra Urbano García, viada de Lara. El pasado cuatro de los corrientes entregó su alma a Dios, a los 67 años de edad, doña María de la Sierra Urbano García, viuda de Lara, confortada por los Santos Sacramentos. Su muerte ha sido muy sentida en nuestra ciudad. Enviamos nuestro pésame a sus hijos don Antonio, doña María de la Cruz, doña María de la Sierra, don Joaquín, don Ambrosio, doña Rafaela, don Juan y don Manuel; hermanos y demás familia. La misa se celebrará el día 20, a las 9 en la Asunción. Doña tara Camaclio Mesa, viada de Feroáodez. A la avanzada edad de 90 años ha fallecido en Madrid, el pasado 25 de diciembre, doña Aurora Camacho Mesa, viuda de Fernández. Durante muchos años residió en nuestra ciudad donde contaba con numerosas amistades. Su muerte ha sido muy sentida entre sus amigos que conocieron las bondades con que el Señor adornó su alma. Descanse en paz y reciban nuestro pésame sus hijos don Antonio y doña María de la Sierra; hijos políticos doña Francisca Benítez y don Manuel Montes, nietos, sobrinos y demás familia. D. Raiael Rodríguez Serrano Confortado por los auxilios espirituales, dejó de existir en Cabra nuestro querido amigo D. Rafael Rodríguez Serrano. Fue el extinto un artista consumado que tocaba la guitarra con singular maestría. Durante muchos años perteneció al Centro Filarmónico «Eduardo Lucena>, de Córdoba, donde tuvo una actuación brillante y meritísima. En Cabra gozaba de generales simpatías. Repetidas veces vino aquí en giras artísticas, bien con la citada agrupación, con Tuna o con la rondalla cordobesa. Otra faceta del finado era la de constructor de guitarras. Pertenecía a una familia de artesanos que tienen un acreditado taller en Córdoba y del que salieron instrumentos acabadísimos y totalmente logrados. Con bastante frecuencia pasaba temporadas en nuestra ciudad y en esta última le sorprendió la muerte. La conducción de su cadáver constituyó una sentida manifestación de duelo integrada por personas de todas las clases sociales, entre las que figuraban muchas personas de Córdoba. Descanse en paz. Al pedir a nuestros lectores una plegaria por su eterno des-