LA OPINION DESDE LA ALMENA ESCRIBE: MANUEL MORA Doblamos la primera quincena del octavo mes que comenzó con temperaturas más suaves por causa de las tormentas, y después subieron hasta poner la barra de mercurio a la altura de su ardoroso antecesor. Ahora que agosto en eso puede presumir poco, pues como son más cortos los dias, y por ende más largas las noches, las perspectL vas son cada vez mejores. De todas formas, es menos malo aguantar el calor que una de esas tormentas calamitosas que han padecido de Despeñaperros para arriba. Para desgracias, ya tenemos bastante con las imprudencias temerarias cometidas por los conductores de vehículos que infringen el Código de Circulación, como ese que subia a lo loco por la carretera de la Fuente del Rio, que estuvo a punto de atropellar a un médico que bajaba prudentemente con su coche, por la citada vía. No son pocos los documentos del Episcopado Católico, que tenemos a la vista, en los cuales se destaca la importancia de articular todo un sistema de educación social y civica en torno a los preceptos de la circulación. La humildad y la prudencia, la justicia y la caridad son virtudes que rigen la convivencia humana, y el no tener en cuenta sus normas ha convertido cada encrucijada en sitio de peligro donde acecha la muerte. Nuestras Jerarquías, no cesan de repetir que se peca contra el quinto mandamiento, conduciendo con imprudencia temeraria. No pocas veces en esta misma secciónenla hemos recordado las admoniciones del obispo de To¬ lón, en las que el prelado francés recomienda «que en el catecismo, en la sagrada cátedra, en las misas, se enseñe que el Código de Circulación tiene un sentido religioso y que el quinto mandamiento constituye su armazón en lo moral.» Creemos sinceramente que si se ilustrara a la gente sobre ésto, seria un buen medio para crear en todo ciudadano una inquietud, «un espíritu cívico que es respeto a la ley, al prójimo y a la propia conciencia.» Claro que no todo lo que ocurrió en la decena anterior fue desagradable, pues en el patio del Círculo de la Amistad se conmemoró el centenario dej nacimiento de Cayetano Murie] con una magistral conferencia de D. Arcadio de Larrea, ilustre flamencólogo, en el que no sabemos qué admirar más si su erudición o su amenidad. Estos actos tan gratos, tan de nuestro gusto, nos sirven para desintoxicarnos de tanto extranjerismo. «El viejo continente— dijo CAJA PROVINCIAL DE AHORROS Ahorro vivienda, 6,50 0/0 Ahorro bursátil, 5,50 0/0 Imposiciones a 12 meses, 5,50 % Imposiciones a 6 meses, 5 0/0 Imposiciones a 3 meses, 4 % Libretas de ahorro a la vista, 3 70 Cuentas corrientes, 1 0/0 Y con el dinero bien guardado y a su disposición Oficinas: Barahona de Soto, 5 CABRA Ortega y Gasset hace muchos años— se ha llenado de norteamericanas, que llegan de ultramar decididas a confundirlo todo. Nadan, reman, beben, fuman, flirtean, juegan al qolff bailan sin cesar. En España torean y prueban su cultura hablando de espiritismo. La cuestión es no parar.» Si hoy viviera el ilustre filósofo de fijo que habría añadido que hasta ponen cátedra de flamenco. Los de la Bética sabemos bastante de eso> porque Andalucía ofreció fabulosos servicios de vano colorido como fuente literaria. González Climen observa muy atinadamente que «el mismo aire de disparate se acusa en «Childe Harold» de Lord Byron, que en la «Andalucía» del malhadado Somerset Maugham, pese al siglo largo que separa a ambas obras. Se repite la misma imagen de Andalucía en una y otra época, no más allá de una frenética danza gitana y no más allá de ripios concertados entre «Sevilla», «manzanilla», «mantilla», «clavel» y «redondel». También por eso nos gustó tanto la disertación de Larrea, sobre el «Niño de Cabía» porque fue una exaltación del flamenco auténtico, de flamenco bueno, que él conoce como pocos. En fin, que agosto media con una fiesta mayor de la Virgen, que está en el cielo, con cuerpo y alma, junto a Cristo, haciendo su oficio de Madre de todos los hombres, como en Caná, como en el Calvario, como siempre... Ahora nos acordamos de unos versos del P. Santamaría que vienen como de molde, para remate de esta «Almena». Dicen así: Por tu gloriosa Asunción en cuerpo y alma a los cielos, colme Virgen los anhelos de mi filial corazón. Y alentando mi ilusión de compartir tu victoria dame el subir a la Gloria, después de vencer por tí cuanto se alce contra mí, en la vida transitoria.